Ecologismo

San Francisco: la bahía de las especies invasoras

La Bahía de San Francisco
La Bahía de San Franciscolarazon

El estuario de San Francisco cuenta con casi 250 especies invasoras registradas y suma más de tres nuevas cada año. Los Grandes Lagos y los ríos Támesis y Hudson completan el listado de los ecosistemas que más sufren este fenómeno

El cliché cinematográfico asegura que lo primero que ven los inmigrantes al llegar a EEUU es el gigantesco monumento de la Estatua de la Libertad. Sin embargo, la ciencia nos indica que eso no es así para los inmigrantes no humanos: la mayoría de las especies invasoras que llegan a la tierra de las oportunidades lo primero que ven es el Golden Gate. La bahía de San Francisco es, probablemente, el ecosistema más contaminado con especies invasoras del planeta, según recoge la literatura científica. En las aguas que bañan la isla de Alcatraz y su entorno ya hay casi 250 especies ajenas a ese entorno, llevadas hasta allí de forma consciente e inconsciente por humanos y que en muchos casos alteran -y no para bien- para siempre los delicados equilibrios de un ecosistema.

En concreto, una nueva especie invasora se suma al remix de biodiversidad de esa bahía cada 14 meses, según un estudio que se ha publicado en Science. Hasta 1960, el ritmo era de una especie cada 55 meses. Los ecosistemas acuáticos, por la diversidad de entornos y rutas de acogida que ofrecen, son más propicios a contar cada día con mayor número de invasores. En concreto, los estuarios situados junto a importantes núcleos de población y rutas comerciales se encuentran entre los más invadidos del mundo.

Así, la bahía de San Francisco recibe 3,7 nuevas especies cada año, según los cálculos realizados en 1998 pero que sigue dando por vigentes su autor principal, el director del Centro de Investigaciones sobre Bioinvasiones Acuáticas de California, Andrew Cohen. Su trabajo, completado a partir de cuatro campañas de recogida de muestras en 25 puntos distintos de la bahía en 1993, 1994, 1996 y 1997 sigue siendo un ejemplo de estudio de este fenómeno y lanzó numerosos trabajos similares en EEUU.

Sus escandalosos resultados consiguieron llamar la atención sobre esta cuestión para la sociedad. En aquellos días, un grupo de 500 biólogos dirigió una carta a Al Gore, entonces vicepresidente de EEUU, para reclamar que se tomaran medidas contra el asunto: "Estamos perdiendo la guerra contra las especies exóticas invasoras y sus consecuencias económicas se han disparado. Sencillamente, no podemos permitir que continúe esta degradación inaceptable de las tierras públicas y agrícolas de nuestro país", expresaron.

En aquel momento, Cohen lamentó: "Nunca recuperaremos el ecosistema natural de la bahía de San Francisco. Tenemos que actuar seriamente y de inmediato". El vicepresidente Gore lanzaría entonces una estrategia nacional de control de especies exóticas, que cristalizaría en 1999 en una ley defendida por el presidente Bill Clinton para convertir en una prioridad federal el esfuerzo por combatir a estos invasores biológicos.

Aunque en el estuario californiano se han instalado hasta moluscos de origen japonés y la mayor amenaza actual es la proliferación de serpientes pitones, lo cierto es que aproximadamente la mitad de los invasores proceden de otras partes de EEUU, el 40% de la costa norte del Atlántico. El 15% son peces y otros vertebrados, pero en su mayoría, casi el 70%, se trata de invertebrados como moluscos, crustáceos y gusanos que a pesar de su tamaño están transformando la vida de la bahía; en algunos puntos los invasores suman el 40% de las especies que se pueden encontrar. "Muchas dominan ahora el ecosistema", resume la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU (NOAA) sobre el problema del estuario de San Francisco.

El origen de estos seres vivos está en su mayoría relacionado con la explotación comercial, como piscifactorías, y con el tráfico marítimo. Con respecto al impacto de los barcos comerciales en la virginidad de los ecosistemas, es ahora cuando se empieza a entender en toda su dimensión. Un reciente estudio publicado en Ecology Letters calcula la dimensión de estas autopistas para la invasión de ecosistemas: un simple vistazo a uno de los mapas que han confeccionado con modelos matemáticos muestra la importancia de los buques -que acarrean con el 90% del comercio mundial- en el entorno de la bahía californiana.

Los otros ecosistemas más 'invadidos'

Tras la movilización de los biólogos, Gore se comprometió también personalmente en la limpieza del segundo ecosistema más invadido, los Grandes Lagos, que bañan una treintena de importantes ciudades norteamericanas como Chicago, Búfalo y Cleveland en EEUU y Toronto en Canadá, y que suman 1,8 especies ajenas al año. En el conjunto de los cinco lagos (Superior, Míchigan, Hurón, Erie y Ontario), como se publicó en 2006 enDiversity and Distributions, se descubre un vegetal o animal procedente de otro entorno cada 28 semanas, lo que les convierte en récord absoluto para ecosistemas de agua dulce con 182 especies no autóctonas.

Seguramente el río más contaminado por alienígenas sea el Támesis, que cruza Londres y es el segundo más largo de Gran Bretaña, y que suma más de una especie nueva por año en las últimas décadas (1,04), según un estudio publicado hace pocos meses en Biological Invasions, hasta contar 96 especies registradas, el 72% de todas las especies invasoras en ecosistemas de agua dulce del Reino Unido.

La gigantesca cuenca del Hudson, que abarca Nueva York, cuenta con una especie nueva cada 12 meses,según se publicó en 1996, y la del Columbia (en la costa del Pacífico de Norteamérica) 0,8 anuales. Por último, otro de los territorios acuáticos con mayor ritmo de acogida deokupas es el Mar Báltico, que recibe 1,2 nuevas especies anualmente para sumar un total de 98, en función de los cálculos realizados en 2000. Aunque ya a otro nivel por sus dimensiones, el Mediterráneo es el mar más invadido del planeta, según un estudio sueco de hace sólo dos años, en el que ponían un número estremecedor encima de la mesa: 900 especies ajenas al ecosistema mediterráneo se han instalado en sus aguas. Y señalaban a un primer culpable: el Canal de Suez.

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