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Un contrabandista de fauna salvaje admite su culpabilidad

El presidente de una casa de subastas de Boynton Beach (Florida, EE.UU.) se declaró hoy culpable de contrabando y tráfico de fauna silvestre por vender ilegalmente cuernos de rinoceronte negro, marfil de elefante y coral en el interior y el exterior de Estados Unidos.

Christopher Hayes y su compañía, Elite State Buyers, admitieron ante el tribunal federal formar parte de una conspiración criminal de largo alcance en la que ayudaban a contrabandistas a traficar con especies amenazadas y protegidas, según informó la oficina del fiscal del sur de la Florida en un comunicado.

El empresario y su compañía falsificaban registros y documentos de embarque para evitar el escrutinio de las autoridades, y además Elite dirigía a los compradores extranjeros a tiendas dispuestas a enviar a los animales fuera del país con documentos falsos.

Según los documentos del tribunal, los acusados vendieron un total de seis cuernos de rinoceronte negro amenazado: cuatro, a agentes encubiertos y otros dos, por 80.500 dólares, a un residente de Texas implicado en el contrabando a China.

Además, admitieron vender objetos hechos de cuerno de rinoceronte, marfil de elefante y coral a un vendedor de antigüedades en Canadá.

Su detención fue resultado de una investigación del Servicio de Pesca y Vida Salvaje (FWS) en colaboración con el Departamento de Justicia para poner fin a la caza ilegal de rinocerontes y el tráfico ilegal de sus cuernos.

El director del FWS, Dan Ashe, señaló que el tráfico de fauna salvaje no es un problema que deban resolver «otros países».

«La actual masacre de rinocerontes y elefantes en África es impulsada por la creciente demanda de los consumidores, y ciudadanos estadounidenses como Christopher Hayes están íntimamente involucrados en el comercio ilegal, tanto aquí como en el extranjero», lamentó.

Hayes, de 55 años y natural de Wellington, se enfrenta a una pena de cinco años de cárcel como máximo y multas de hasta 500.000 dólares para Elite y 250.000 para él mismo, o hasta el doble de la ganancia bruta.

La compañía accedió a pagar una multa de 1,5 millones y se comprometió a no dedicarse a la recepción, el envío o la venta de vida silvestre en peligro de extinción o protegida, incluyendo artículos que contengan cuerno de rinoceronte, marfil de elefante y coral.