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Unos roedores con mucho olfato
Una empresa israelí crea un sistema con ratones adiestrados para la detección de material explosivo, drogas o alimentos en mal estado. LA RAZÓN Solidaria se presenta como un espacio para el debate y la participación del lector. Los animales de compañía son nuestro primer cometido.Anímese. Puede participar en nuestro concurso enviando fotografías de su animal a www.larazon.es/concursomascotas
La compañía experta en comportamiento animal BioExplorers ha desarrollado un sistema de detección que se basa en el uso de ratones como biosensores, es decir, como detectores de distintas sustancias. Este sistema, en cuyo interior se encuentran los roedores, se asemeja al de un arco de seguridad de cuerpo completo, que se puede encontrar en muchos aeropuertos hoy en día. Estos ratones adiestrados son capaces de detectar desde materiales explosivos, drogas, productos agrícolas hasta alimentos en mal estado. El revolucionario método garantiza unos resultados casi exactos, con una tasa de error cercana a cero y el uso de ninguna radiación que pueda perjudicar a los animales. Estos «ratones detectores» se crían en espacios libres de patógenos que cumplen con estrictas condiciones de laboratorio. Los ratones van introducidos en cartuchos que, a su vez se encuentran dentro de un arco detector.
El «equipo» por cartucho lo forman entre cuatro y ocho ratones. Las cápsulas, además, cuentan con el confort y la cantidad de agua y comida que un ratón requerirá en un período de catorce días. Posteriormente, el personal reemplazará esos elementos por unos nuevos, garantizando así un funcionamiento ininterrumpido. A pesar de que los receptores están preparados para la detección continua de los olores de las sustancias específicas, la operativa cambia los cartuchos cada cuatro horas. De esta manera se garantiza su máximo rendimiento. El aire que respiran los ratones, después de pasar por un filtro, siempre fluye desde los sujetos analizados hasta los roedores, nunca en dirección opuesta.
En las pruebas realizadas por la empresa BioExplorers, este procedimiento consiguió detectar una variedad de materiales explosivos que sistemas tecnológicos más avanzados no fueron capaces de revelar. Este casi perfecto nivel de detección se logra no sólo gracias a la hipersensibilidad de cada biosensor individual, sino también porque los biosensores múltiples muestran el aire al mismo tiempo.
El aire emana desde el individuo u objeto que se somete al análisis hasta una carcasa donde se encuentra el cartucho de los biosensores. Después, todos los ratones analizan la muestra al mismo tiempo y de manera individual. La detección es rápida. En caso de detección, los roedores adquieren una posición de aviso. Finalmente, el personal responsable analiza estas indicaciones mediante algoritmos que más tarde se traducen en una señal electrónica que el sistema muestra como «sí» o «no», además de, en caso afirmativo, aparecer luces rojas y sonar una alarma.
Un entrenamiento más corto
Uitlizar roedores en vez de perros o personas cuenta con ventajas como la casi perfecta probabilidad de detección y el escaso tiempo que se necesita para ésta, el nivel excepcional de fiabilidad, la precisa distinción entre diferentes sustancias, la amplia gama de aplicaciones a las que pueden someterse o el ciclo de trabajo ininterrumpido. Además, a diferencia de los canes, los ratones no necesitan motivación constante y su entrenamiento es más corto. Las únicas desventajas de este procedimiento son las de la necesidad de sus miembros de descansar y la de la no percepción de objetos punzantes como cuchillos, lo que obliga a un detector de objetos a complementar este aparato. El sistema de biosensores se ha sometido a diversas pruebas en el mundo real. Una de ellas tuvo lugar en un concurrido centro comercial de Tel Aviv, donde más de 1.000 personas se sometieron a su análisis. Los roedores detectaron a las 22 que portaban materiales explosivos.
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