Drogas
Menos bebidos pero más «colocados» al volante
Tráfico constata que el 37 por ciento de los automovilistas sometidos a controles en sólo tres días conducía bajo los efectos de las drogas y el 1,7 por ciento bajo la influencia de bebidas alcohólicas
Tráfico constata que el 37 por ciento de los automovilistas sometidos a controles en sólo tres días conducía bajo los efectos de las drogas y el 1,7 por ciento bajo la influencia de bebidas alcohólicas
Es el nuevo talón de aquiles de la seguridad vial. El aumento del consumo de drogas al volante era una nueva tendencia sobre la que la Guardia Civil de Tráfico ya venía alertando hace meses, pero la intensificación de controles de drogas –hasta ahora demasiado caros como para generalizarlos– no ha hecho más que poner al descubierto una situación cada vez más preocupante, tal y como se constata en los últimos controles que ha venido realizando la DGT. Las cifras revelan que el cóctel drogas y conducción se «consume» cada vez más.
Sólo en los tres días que ha durado la última campaña que la DGT puso en marcha en el mes de agosto para retirar de la circulación a aquellos automovilistas que habían bebido o consumido alguna droga han permitido comprobar que el 37% de los conductores a los que los agentes pararon en un control conducían bajo los efectos de las drogas, frente al 1,7% que fueron sorprendidos bajo la influencia de bebidas alcohólicas, lo que da una idea de la magnitud del problema. Así, de los 899 conductores que fueron sometidos al test salival para comprobar la presencia de drogas en su organismo, 333 resultaron positivas.
Las drogas que más se detectaron esta vez en la carretera han sido el cannabis (240 casos), la cocaína (107), anfetaminas (65), metaanfetaminas (44) y opiáceos (22).
La DGT ya ha anunciado que pretende incrementar progresivamente las pruebas salivares con la idea de que se generalicen y se hagan tantas como de alcoholemias, que cada vez arrojan resultados más bajos. «Cuando hacemos controles en zonas de ocio vemos que los jóvenes no consumen ya tanto alcohol y en las pruebas dan 0,0, pero luego encontramos el positivo en el test de drogas», relata a LA RAZÓN un guardia civil de Tráfico.
El número de pruebas de alcoholemia que se realizan en España es muy superior al de drogas (81.237 frente a 899) pero los datos constatan que las campañas de sensibilización van calando y las reformas legales introducidas (se considera un delito penal sobrepasar ciertos límites) van calando en la conciencia de los conductores. De las 81.237 pruebas realizadas, 1.452 dieron positivo.
El caso más alarmante que se encontraron los agentes de tráfico durante esta campaña fue el de un taxista de Santiago de Compostela que dio positivo a alcohol (0,86 mg/l) –la tasa máxima permitida para profesionales es de 0,15 mg/l) tras provocar un accidente. Después le sometieron al test de drogas y dio positivo en cocaína. El mismo taxista ya dio positivo por consumo de cocaína y cannabis el pasado 20 de mayo, cuando llevaba en su taxi a unos jóvenes a la «Spring Oper Tour Parti» que se celebraba en la localidad gallega de Lestedo. Para colmo, entonces también carecía de seguro obligatorio, con lo que la Guardia Civil le inmovilizó el vehículo.
Muchos de los usuarios que cogen el coche bebidos o bajo la influencia de estupefacientes acaban sufriendo accidentes con resultados fatales. Resulta llamativo el hecho de que entre los conductores fallecidos el año pasado en accidente de carretera, el 43,15 por ciento dieran positivo en alcohol, drogas y/o psicofármacos, según los datos dados a conocer recientemente por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Del total examinado, el 66,9% había ingerido alcohol, drogas y psicofármacos. En el caso de los peatones fallecidos que fueron examinados por Toxicología, el 56 por ciento había consumido alcohol, el 39,7%, psicofármacos y el 33,7 por ciento algún tipo de drogas.
Para Francisco de Canes, presidente de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes DIA, «estamos viendo un mayor número de casos en los que se detectan drogas porque en España ha habido una mayor sensación de impunidad si lo comparamos con las alcoholemias». Es por esto por lo que considera que «se deben hacer más campañas y los controles tienen que ser más generalizados para conseguir una mayor concienciación ciudadana». No obstante, puntualizó que los resultados tienen mucho que ver con los lugares en los que se realizan los controles. «No es lo mismo hacerlos en las proximidades de una discoteca que en el centro de un municipio, por lo que las conclusiones obtenidas son un síntoma, pero no resultan tan relevantes».
Para Antonio Lucas, portavoz de RACE, está claro que «las drogas tienen una presencia muy negativa en los accidentes de tráfico, con lo que debería existir un mayor control dada su presencia en el número de fallecidos de tráfico, pero no existe una proporción entre el número de pruebas de alcoholemia que se hace y el de drogas, se tiene que mejorar este aspecto». Afortunadamente, «ahora se aplica un sistema homologado para poder exigir responsabilidades ante un juez», afirma.
La Ley de Seguridad Vial castiga con 1.000 euros de multa y la retirada de seis puntos conducir bajo los efectos de las drogas, si hablamos de la vía administrativa. La penal contempla prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días y privación del derecho a conducir de uno a cuatro años.
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