Igualdad
Menos discriminación pero más violencia y acoso contra las personas LGBTIQ
Un sondeo de la Unión Europea asegura que el 52% de las personas del colectivo que viven en la UE muestra abiertamente su orientación sexual o identidad de género, pero un 55 % de los encuestados declaró haber sufrido acoso en el último año
Las personas LGBTIQ se sienten menos discriminadas que hace cuatro años, pero sufren más ataques violentos y más acoso, especialmente los jóvenes, los trans e intersexuales, según una encuesta que publica este martes la Unión Europea (UE).
Los datos de ese sondeo, realizado el año pasado entre más de 100.000 personas en los 27 países de la UE más Albania, Macedonia del Norte y Serbia, reflejan un paradójica situación: hay menos discriminación pero las agresiones y el odio han aumentado, especialmente hacia los más jóvenes.
Ese doble mensaje, que hay cierto progreso pero mucha tarea por hacer, es el que lanza la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) de la UE en el informe 'La igualdad de las personas LGBTIQ ante una encrucijada: avances y retos', que se publica hoy.
Así, el 52 % de las personas LGBTIQ que viven en la UE asegura mostrar abiertamente su orientación sexual o identidad de género, en comparación con el 46 % del sondeo realizado en 2019.
Indicativo es que el 54 % de los ahora encuestados sigue evitando dar la mano a su pareja del mismo sexo en público, por miedo a ser atacado, frente al 61 % de hace cuatro años.
Es justo esa mayor apertura la que expone a muchos ciudadanos a mayores niveles de violencia y acoso, desde ataques físicos a mensajes de odio en las redes sociales, señala la FRA.
"Por un lado, tenemos un progreso gradual y lento (en relación) a la discriminación, que beneficia a unos grupos más que a otros. Por otro, persisten los niveles de violencia, o más violencia en algunos casos, dirigidos principalmente contra las personas trans e intersexuales", señala a EFE Miltos Pavlou, experto de la FRA.
Esta agencia señala que la discriminación, pese a ser alta, ha descendido: del 42 % que se sentía discriminado en 2019, al 37 % que denuncia esa situación ahora.
Agresiones físicas
Los datos de la FRA señalan, sin embargo, que el porcentaje de personas LGBTIQ que fueron agredidas físicamente en los cinco años previos ha crecido del 11 al 14 %.
Un 55 % de los encuestados declaró haber sufrido acoso en el último año, 18 puntos más que en 2019.
Pavlou asegura que se ha detectado una "situación muy intensa" de campañas de odio en internet contra los LGBTIQ, especialmente contra las personas trans.
La FRA recuerda que la UE ha detectado que también desde el extranjero, especialmente Rusia, se lanzan campañas con referencias a "propaganda LGBTIQ" o "ideología de género" o a que esa comunidad es una amenaza para los "valores tradicionales" o que la vincula con enfermedades mentales.
En esa paradoja de avances dentro de una situación de acoso y violencia, la FRA destaca que, por ejemplo, en los colegios se habla más y de forma más positiva de temas LGBTIQ pero, al mismo tiempo, el acoso escolar ha crecido.
Además, aunque hay avances legales que equiparan derechos, la satisfacción con los Gobiernos ha descendido, y ahora sólo el 26 % de los encuestados, frente al 30 % de 2019, cree que las autoridades combaten efectivamente los prejuicios y la intolerancia.
Odio contra los trans
Entre todas las categorías LGBTIQ, lesbianas, gays, bisexuales de ambos sexos, trans e intersexuales, son estas dos últimas las que soportan mayores niveles de discriminación, acoso y violencia.
Pavlou alerta de que las personas trans e intersexuales no son sólo una pequeña minoría estadística, sobre las que la población sabe poco, sino que en muchos casos viven "al margen de la sociedad".
Así, son desproporcionadamente personas sin hogar, porque son expulsadas por sus familias. O sufren pensamientos suicidas o dificultades para acceder a la sanidad.
De hecho, mientras Pavlou no duda en afirmar que la vida para un gay o una lesbiana en la UE es más fácil ahora que hace cuatro años, reconoce que esa progresión no es tan clara para los trans.
"Son el principal objetivo de la violencia y el acoso por odio, y ese es el problema", resume.
Este experto afirma que esas paradojas reflejan que se está librando una batalla y que se está en un punto de inflexión.
"Estamos llegando ahí, aunque queda un largo camino, pero esta vez sabemos cómo hacerlo", asegura en referencia a las recomendaciones que hace la FRA a los países miembros.
En relación a cómo se puede reducir la discriminación y la violencia, Pavlou explica que las personas LGBTIQ mencionan dos aspectos esenciales: visibilidad pública y participación en la sociedad, y políticas y leyes que protejan.
Entre éstas, la FRA pide "tolerancia cero" contra los delitos de odio e invertir más en formación policial, enfrentar las campañas de odio en internet y que los colegios sean entornos seguros para todos los niños.
Antonio Sánchez Solís (Agencia Efe)
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