Sucesos

Muchos indicios y pocas pruebas en el juicio por el crimen de Asunta Basterra

Muchos indicios y pocas pruebas en el juicio por el crimen de Asunta Basterra
Muchos indicios y pocas pruebas en el juicio por el crimen de Asunta Basterralarazon

Después de dos semanas de juicio, testigos, expertos e investigadores han prestado declaración pero no han logrado aportar pruebas concluyentes de cómo y a que hora se produjo la muerte de Asunta Basterra. Ninguna de las 80 personas que han comparecido han arrojado luz sobre un caso lleno de sombras desde el descubrimiento del cadáver de la menor de origen chino en una pista forestal el 21 de septiembre de 2013.

Hora de la muerte

El informe forense establece que la joven murió entre las cuatro y las ocho de la tarde. Sin embargo, en ninguna de las siete sesiones del juicio se ha podido fijar una hora exacta. La forense que analizó el cuerpo el día de su muerte no le tomó la temperatura corporal. Durante su declaración explicó que para medir la temperatura interna del cuerpo se pone un termómetro en el ano de la víctima pero al haber sospechas de que hubiera sido violada decidieron no realizarla. Además, la forense indicó que las tablas utilizadas para determinar la muerte en función de la temperatura corporal no son muy fiables en el caso de los menores.

La conclusión de la hora de la muerte se determinó en la autopsia a través del humor vítreo del ojo, pero el cuerpo estuvo refrigerado por lo que la determinación de la hora no es concluyente.

Además, una cámara de seguridad de un banco cercano a la casa de Alfonso Basterra captó la imagen de la menor caminando por delante de la sucursal poco después de las 17 horas y una compañera de clase de Asunta, Clara, declaró haberla visto acompañada por su padre a las 18:20 horas. Este testimonio fue muy firme porque, según dijo Clara, "conocía muy bien a la niña"pero contrasta con las imágenes de las cámaras de seguridad que sitúan a Asunta en el coche de su madre de camino a Teo.

Lo que sí ha quedado probado es que Rosario Porto no dijo oda la verdad sobre lo que hizo durante esa tarde. Porto declaró que salió de casa antes que Asunta y que luego la recogió en su casa para ir a la casa de Teo. Cuando llegaron, la menor insistió en volver y así lo hizo, dejándola a escasos metros de su casa. Las pruebas de las cámaras de seguridad de una gasolinera confirman que no hizo exactamente el recorrido que dice que hizo porque la gasolinera esta en la trayectoria de vuelta y las cámaras de seguridad no grabaron el coche.

Causa

El pasado miércoles, la forense indicó que la cantidad de lorazepam encontrado en el cadáver de la menor correspondía a la ingesta de 27 pastillas de un gramo de Orfidal. Con dos pastillas, un adulto podría tener dificultades para caminar por lo que se hace difícil que las pastillas se le dieran a la niña durante la comida familiar que se celebró en casa de Alfonso Basterra y que según la propia Rosario Porto fue durante esa comida cuando Alfonso tuvo la oportunidad de proporcionarle la medicación. Entonces, ¿cuándo se le suministraron las pastillas? Rosario Porto niega haberle dado los "polvos blancos"a la niña y que pudo ser Alfonso, que las había comprado en los meses anteriores. Asunta caminaba por su propio pie pasadas las cinco de la tarde, lo que excluye el envenenamiento durante la comida. Según la versión de Porto, la niña se fue a casa a hacer los deberes y después estuvo con ella. Esto indicaría que tuvo que ser Porto la que la "drogara". Durante este periodo de tiempo, Basterra declara que estuvo en casa leyendo.

Autor material

El análisis de la zona en la que fue encontrada Asunta sólo reveló que el cuerpo fue "colocado"cerca de la carretera para que fuera encontrado. La forense explicó que fue depositada en el suelo y después fue arrastrada. Esto indicaría que sólo había una persona en el lugar del crimen, porque si hubiera tenido colaboración no se habría arrastrado el cuerpo. Sin embargo, no hay ninguna prueba que sitúe a ninguno de los dos acusados en la pista forestal. Los investigadores buscaron restos de tierra en la ropa y en el coche de Rosario y no encontraron ninguna coincidencia. Lo que sí comprobaron es que las alfombrillas estaban sorprendentemente limpias y que los restos biológicos que había en el coche no pueden determinar que fueran de ese día. Respecto a las manchas de Orfidal encontradas en el vestido de Porto, la defensa indicó que la propia Rosario tomaba la medicación, por lo que podían corresponder a su medicación.

En el lugar del crimen se encontraron unas cuerdas de medio metro, similares a las halladas en una papelera de la casa de Teo. Los investigadores han determinado que la composición es la misma pero no han podido concluir que fueran del mismo rollo. El corte se pudo hacer con un cuchillo encontrado en el baño, pero también se pudo hacer con otros.

Ordenador

Los hermanos de Basterra defendieron la versión de Alfonso de que el ordenador no salió de su casa, pero los investigadores indicaron lo contrario. Al analizarlo, descubrieron que había sido manipulado, que se habían borrado más de 50.000 archivos, de los que se lograron recuperar algunos, entre los que había unos cuantos con contenido sexual. El ordenador había sido limpiado, no tenía huellas, sólo había una impresión digital precisamente en el disco duro que fue manipulado aunque no se ha podido determinar a quién pertenece la huella.

Una tercera persona

La forense explicó que cuando encontró el cuerpo encontraron restos biológicos en dos zonas de la camiseta de la niña y es precisamente en una de ellas en la que se corroboró que había manchas de semen de una tercera persona. A pesar de la insistencia de la defensa de Porto, la intervención de esta tercera persona quedó descartada y las manchas fueron fruto de una transferencia en el laboratorio.

Acusados

La actitud de los acusados ha sido bien distinta durante el juicio. Rosario Porto se ha derrumbado en numerosas ocasiones y ha roto a llorar, dando una imagen de una madre afligida por la pérdida de una hija que tiene que revivir todo lo ocurrido. Alfonso Basterra, por su parte, ha estado frío, distante, incluso amenazante ante el ministerio fiscal. Su rostro ha variado poco a pesar de las numerosas pruebas, algunas de una extrema crudeza, que se han presentado en la sala. Su mirada perdida y su gestualidad denotaban en ocasiones indiferencia y distancia con lo que ocurría en la vista.

Después de siete sesiones, lo único que ha quedado comprobado es que la menor fue drogada durante tres meses y que el día de su muerte había ingerido al menos 27 pastillas de un gramo de Orfidal pero queda sin aclarar quien fue el responsable de suministrarle la medicación, quién la mató, cómo y a qué hora y sobre todo, el por qué. Los padres lo niegan todo. Los amigos y su entorno indican que tenían adoración por la niña. Los profesores no alertaron de ninguna situación prolongada que se saliera fuera de lo normal. No va a ser fácil. El jurado tendrá la última palabra y tendrá que dilucidar si existen las suficientes evidencias para declarar la culpabilidad de uno o de los dos acusados.