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Muere apaleado el travesti pionero de la lucha gay

El autor de la agresión permanece ingresado en el centro de reclusión Zambrana y pasará a ser investigado ahora por un delito de homicidio

Muere apaleado el travesti pionero de la lucha gay
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La persona transexual que recibió la paliza por parte de un menor de 15 años en la madrugada del 12 de agosto junto al centro comercial Vallsur de la capital vallisoletana ha perdido la vida en el Hospital Río Hortega, donde había sido ingresada.

El tanatorio de El Salvador de Valladolid se quedó pequeño para acoger a familiares y amigos de «La Ely». Todo el mundo conocía a Francisco Javier Ureña Pardo, un hombre de 59 años de orientación homosexual que no tuvo reparos en travestirse desde hace 40. «Ely, la eléctrica» era conocido por ser abanderado de la libertad, de los derechos del colectivo LGTB cuando aún nadie tenía valor para reivindicarlos, pero también por su carácter «divertido y arrollador» y por ser todo un «provocador». Y es que vestirse de mujer, con un mono de cuero y las nalgas al aire en una ciudad como Valladolid y en los años 80 era algo, desde luego, rompedor. La pena de muchos es que, mientras en aquellos años aguantó los primeros insultos homófobos (dicen que puso la cara por muchos que no se atrevían), haya tenido que ser ahora, en 2018, cuando haya sido víctima de una agresión homófoba tan brutal y, encima, a manos de un menor.

La madrugada del pasado 12 de agosto, a eso de las 6:30 horas, recibió una paliza por parte de un joven de 15 años que le obligó a permanecer 43 días en la UCI del hospital Río Ortega. Pero «Ely», acostumbrado a llevarse muchos palos en su vida, esta vez no pudo recuperarse y falleció el pasado sábado como consecuencia de los fuertes traumatismos provocados aquella madrugada a las puertas del centro comercial Vallsur, muy cerca de su domicilio.

Los investigadores tratan de determinar cuáles fueron las circunstancias previas al encuentro entre el menor y Javier. Puede que fuera un encuentro «fortuito» o que se hubieran encontrado allí tras haberlo establecido de forma previa. En cualquier caso, se desconoce por qué el menor propinó esos golpes tan brutales contra un hombre casi 50 años mayor que él y por qué Javier no pudo huir del lugar. Quedó tendido en el suelo, desnudo, hasta que alguien le vio y avisó a Emergencias. Apenas respiraba ya. El triste desenlace del sábado fue un jarro de agua fría para los vallisoletanos y para representantes del colectivo LGTB, que no dudan en hablar de un delito de odio. La Policía, no obstante, no lo tiene tan claro. Mientras que la víctima fue trasladada en estado crítico al hospital, el menor se entregó al día siguiente acompañado por su madre. Además de la violencia física, el menor se había llevado las pertenencias de «Ely». Aunque el acusado esgrimiera un robo con violencia como factor desencadenante, aún hay mucho por investigar, ya que no se descarta que el homicidio fuera previo al hurto del bolso. El joven fue trasladado al centro de menores Zambrana y el instructor del caso decretó el secreto de las actuaciones, por lo que se desconocen más detalles del caso. Sin embargo, fuentes policiales sostienen que la imputación inicial sobre el menor es de homicidio y de robo con violencia. Esta calificación inicial, no obstante, puede verse modificada a lo largo del proceso judicial. Es decir, de forma inicial no se inculpa al menor de ningún delito de odio.

Pero en Valladolid nadie parece dudar que fue un homicidio por homofobia. «Es imposible que no conociera a “Ely” porque todos le conocíamos y el hecho de que apareciera sin ropa hace ver que quiso mostrar lo que en realidad era», explican desde su entorno. Para Ignacio Paredero, presidente de la Federación LGTB de Castilla y León, el protocolo policial que valora si una agresión es «delito de odio» no es efectiva. «Nuestra experiencia nos dice que a la Policía le cuesta mucho todavía identificar estos delitos con el colectivo LGTB y lo que es evidente es que la transfobia es el elemento más potente de agresiones contra el colectivo». Julio del Valle, diputado socialista y conocido de «Ely», habla de un «símbolo» para la ciudad: «Era un referente para todos por su lucha por las libertades». Mientras la instrucción sigue su curso, Valladolid llora la muerte de este pionero en la lucha por los derechos LGTB.

¿De quién hablamos?

Javier Ureña tenía 59 años pero todos le conocían como «La Ely». Fue travesti desde hace 40 años en Valladolid y en agosto sufrió una paliza a manos de un menor de 15 años. El sábado murió, el menor se entregó a la Policía y el debate sobre si fue un delito de odio está servido.