Caso Bretón

«No hay duda, los niños están muertos y fueron quemados»

El comisario Serafín Castro sabía que Ruth y José estaban en la finca «sí o sí»

Bretón escucha la declaración de Serafín Castro, ex comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), encargado de la investigación
Bretón escucha la declaración de Serafín Castro, ex comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), encargado de la investigaciónlarazon

El jurado popular encargado de enjuiciar a José Bretón por el asesinato de sus dos hijos escuchó ayer por primera vez y de forma contundente que no existe ninguna duda de que Ruth y José están muertos y que fueron quemados en «Las Quemadillas».

El jurado popular encargado de enjuiciar a José Bretón por el asesinato de sus dos hijos escuchó ayer por primera vez y de forma contundente que no existe ninguna duda de que Ruth y José están muertos y que fueron quemados en «Las Quemadillas». Durante la jornada de ayer pasaron por el estrado el comisario encargado del caso, Serafín Castro, y los agentes que custodiaron a Bretón durante los registros de la finca. Castro dejó claro que la teoría manejada por el acusado de que los niños se perdieron en el parque Cruz Conde se desmoronó en cuestión de pocas horas. «Estaban en la finca sí o sí», dijo de manera contundente. Para el comisario sólo existe la duda de lo que pudo hacer José Bretón durante «cuatro o cinco minutos». «En ese tiempo sólo le pudo dar tiempo a deshacerse de los niños en una zona cercana al río o en alguna finca de los alrededores», explicó.

Preguntado por el abogado de la defensa, José María Sánchez de Puerta, sobre cómo creía que habían muerto los menores, Castro dijo que «a falta de la confirmación del ADN, mi deducción es que murieron quemados».

El comisario quiso, además, recordar tres momentos que le confirmaron bien a las claras que la actitud del acusado durante estos días no era la de un padre que buscaba a sus hijos. «Durante una jornada de registro, propusimos parar para comer y Bretón nos dijo que él no quería irse porque tenía comida en la nevera, y nos invitó a comer. Estaba tranquilo, como si la fiesta no fuera con él. Tenía una tranquilidad espantosa», declaró. El segundo lugar, «un día me dijo: ''¡Vaya la que estamos organizando!''. En ese momento le dije que la teoría del parque se había desmontado, y me respondió: ''Es que esa parte yo no la controlaba''». Por otra parte, describió una tercera conversación en la que Bretón le comentó: «¡Estarás contento con la que estamos montando! A lo que el comisario respondío: ''el problema lo tienes tú. Dime dónde están los niños''. Y él dijo: "entiende que yo eso no te lo puedo decir"».

Castro defendió la cadena de custodia de las pruebas, justificó el error de la forense que erró con el análisis de los huesos al decir que eran de animales –«rectificar es de sabios», afirmó– y justificó la desaparición del hueso número 8, «que se desintegró debido a su mal estado». Preguntado por la fiscal, negó haberle ofrecido a Bretón un avión privado para salir de España.

Por su parte, la defensa quiso desviar la atención al hablar de un supuesto coche visto en los alrededores del parque Cruz Conde, que llevaba muchos peluches en el maletero, y cuyo conductor fue visto masturbándose. «No soy consciente de que eso ocurriera», respondió el comisario.

Los seis agentes que custodiaron a Bretón relataron cómo en medio de la búsqueda Bretón se acordó deque tenía que reparar el aire acondicionado, que estuvo demasiado tranquilo y que incurrió en varias contradicciones durante las primeras horas. «Había una clara falta de interés en aportar datos, no tenía ni pizca de ansiedad. Cuando le interrogamos medía mucho sus palabras cuando se le preguntaba. Era un trámite. Ponía la denuncia como si fuera una máquina», explicó uno de los agentes. Otro de los policías recordó que la decisión de ir a la finca se produjo después del interrogatorio porque «ante las respuestas que daba, no teníamos por dónde tirar».

«No preguntó por qué buscaban tan lejos»

Una de las circunstancias que más llamó la atención de los policías que custodiaban a Bretón durante las primeras horas de la búsqueda fue su tranquilidad y falta de emociones. De hecho, uno de ellos le preguntó «30 veces» cómo era posible que no estuviera preocupado. Durante el registro de «Las Quemadillas», uno de los agentes cuestionó al acusado que si estaban allí era para que lo detuvieran, si no, no estarían en la parcela. La fiscal María Ángeles Rojas preguntó directamente al agente si Bretón no se cuestionó en ningún momento por qué estaban en «Las Quemadillas» si sus hijos habían desaparecido a varios kilómetros de allí, a lo que el policía respondió un «No» tajante.