Educación

No serás bilingüe si has cumplido diez años

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Podemos estudiar idiomas durante toda nuestra vida, sin embargo los expertos advierten de que no podremos dominarlos si no los hemos aprendido en la infancia. ¿Por qué? Nuestro cerebro deja de ser moldeable con la edad

En España existe un problema con el inglés, a pesar de que se trata del idioma más demandado por las empresas. Los últimos estudios dirigidos por científicos de la prestigiosa Universidad de Cambridge apuntan a que el 44 por ciento de la población reconoce que su conocimiento de la lengua de Shakespeare es «bajo» o «muy bajo», un dato que sitúa al país a la cola de la Unión Europea. Es más, solo el 22 por ciento de los ciudadanos califican su nivel de inglés como «alto» o «muy alto». Pero quizás no sea un problema de voluntad, sino de ritmos de aprendizaje. Un estudio dirigido por expertos cognitivos del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT) apunta a que existe un «periodo crítico» para la adquisición del lenguaje, y que es «prácticamente imposible» que una persona alcance un dominio total de un idioma, «similar al que tiene un hablante nativo», a menos que empiece a aprenderlo antes de los diez años.

A pesar de que esa es la conclusión principal, la realidad es que después de los diez años no está todo perdido. Los expertos subrayan que hasta los 18 años aún se puede «aprender rápido», aunque no se llegará al alcanzar la misma fluidez de una persona que tenga esa lengua como primer idioma. «Si quieres un conocimiento nativo de la gramática inglesa debes comenzar antes de los diez años. No vemos mucha diferencia entre la gente que empieza en el momento del nacimiento y los que lo hacen a los diez años, pero después de ese punto apreciamos una decadencia», indica Joshua Hartshorne, profesor de psicología del Boston College y director del estudio del MIT. La muestra está formada por 670.000 personas a las que a través de las redes sociales se les sometió a un test de gramática en el que debían indicar si una serie de frases estaban formuladas de forma correcta desde un punto de vista gramatical.

La repercusión de estas averiguaciones ha llegado hasta España. Carlos Gallego, director del grupo de investigación sobre Adquisición del Lenguaje de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), reconoce la «validez» del estudio y valora los medios con los que contaron los conductores a la hora de recabar los datos, pero apunta tres variables que pueden limitar el alcance de las conclusiones «en contraste con la realidad»: que el foco está puesto en exclusiva en la gramática, que se centra en el metaconocimiento en lugar de en el uso del idioma, y que obvia la parte oral.

«La gramática no es el lenguaje, y el aprendizaje de ésta sí se puede prolongar hasta los 18 años», sentencia Gallego, y añade que la mayoría de los ítems de los que se compone el cuestionario se centran en apuntar si una frase es o no correcta: «Eso no es uso, es metaconocimiento». «Además, el lenguaje es fundamentalmente oral, y para eso hay un periodo crítico muy corto. El aprendizaje de la lectura es más tardío», explica.

Gallego asevera que una de las principales dificultades a la hora de aprender un segundo idioma es que la permeabilidad del sistema fonológico se cierra a los cinco años: «Por eso a los no nativos les cuesta reproducir los sonidos. Yo ya no puedo aprender chino, es imposible que tenga la misma precisión». El profesor indica también que esta es la razón del bajo índice de éxito en las terapias del lenguaje en niños con más de seis o siete años y que han tenido problemas en el desarrollo.

La explicación de por qué el bilingüismo se aleja una vez cumplidos los diez años aún no está clara. Los expertos manejan varias hipótesis, entre ellas desde que pueda ser debido que el cerebro es menos moldeable y adaptativo en la edad adulta, hasta que las razones sean externas al propio individuo. «Es posible que haya un cambio biológico. También es posible que sea algo social o cultural», apostilla Josh Tenenbaum, profesor de ciencia cognitiva del MIT y coautor del estudio.