Sucesos

«Quiero que los saquen ya del agujero»

Julia Ordóñez, la mujer del inspector de Policía José Antonio Martínez, con la foto de su marido
Julia Ordóñez, la mujer del inspector de Policía José Antonio Martínez, con la foto de su maridolarazon

La mujer del policía fallecido afirmó a La Razón, poco antes de saber la noticia que «tenían el conocimiento y la técnica necesaria para hacer este viaje, llevaban preparándolo desde hacía meses, lo tenían todo milimetrado»

La noche más angustiosa de su vida fue la que pasaron el sábado los familiares de los tres espeleólogos españoles atrapados en Marruecos. Primero se dijo que los habían localizado; luego que estaban vivos aunque uno de ellos herido y la peor de las noticias se supo tan sólo unas horas después cuando se anunció que había un fallecido, aunque se desconocía la identidad. Nadie esperaba que hubiera más. Julia Ordóñez, la mujer del segundo espeleólogo fallecido, el inspector de policía José Antonio Martínez, sólo deseaba anoche, minutos antes de conocer el fatal desenlace, «que les saquen ya del agujero en el que están metidos» después de siete días atrapados en un cañón marroquí. Hasta la mañana de ayer no supo de la muerte de su amigo, Gustavo Virués, al que tanto ella como su marido conocían «desde hacía décadas» y con el que les unía una estrecha amistad. En el mismo momento la informaron del estado de salud de su marido: «Sé que está muy debilitado, con heridas en una pierna y tiene un golpe en la cabeza. Son muchos días y estoy deseando que le rescaten para que puedan curarle las heridas». Julia había pasado una noche terrible de incertidumbre y ayer estaba esperanzada con la posibilidad de volver a abrazar a su marido. «Tengo que estar entera por él», dijo antes de conocer la trágica noticia.

«He pasado una noche muy angustiosa porque la información se lanzó pero nosotros no teníamos ningún tipo de confirmación por parte de las autoridades españolas hasta el domingo por la mañana. La noche fue un carrusel de llamadas y de desconcierto», manifestó a LA RAZÓN. «Tenían el conocimiento y la técnica necesaria para hacer este viaje, llevaban preparándolo desde hacía meses, lo tenían todo milimetrado», añadió.

El primo del fallecido, Víctor Rengel, reconoció ayer que la familia está «destrozada», y más con «lo que viene» a partir de ahora. Conocieron el trágico desenlace sobre las dos de la tarde, y no a través de fuentes oficiales sino de manera «oficiosa» gracias a «gente que trabaja sobre el terreno que lo ha identificado». «Aún continúa el rescate y no tienen identificación positiva», aseguraba ayer el pariente de Virués, que está a cargo de las tareas que deberían desempeñar los familiares más allegados al fallecido pero que no pueden afrontar porque «no están en condiciones». Con respecto a la operación de rescate de los tres españoles y la repatriación del cuerpo, la familia está colaborando en todo lo que está en su mano para que el proceso concluya a la mayor brevedad posible, informa Efe. Ayer, el Ayuntamiento de Chiclana, donde vivía Virués, declaró luto oficial.