Ciencias humanas

Breves sesiones de instrucción mental benefician a los ancianos durante años

Apenas diez sesiones de instrucción cognitiva para los mayores de 73 años significaron mejoras en su capacidad de razonar y la velocidad de procesamiento mental que conservaron durante años, según un artículo científico publicado en EE.UU.

En comparación con otros participantes en una investigación que no recibieron esa instrucción, quienes la tuvieron siguieron disfrutando de sus ampliadas capacidades hasta diez años después, dice el estudio, de la revista Journal of the American Geriatrics Society.

Los investigadores informan ahora sobre los resultados del seguimiento durante diez años de 2.832 participantes que tenían una edad promedio de 73,6 años al comienzo del estudio.

Las mejoras fueron aún más notables para quienes recibieron sesiones adicionales "de refuerzo"en los tres años siguientes.

Los adultos mayores que tuvieron instrucción cognitiva también indicaron que tenían menos dificultades para desempeñar las tareas cotidianas.

La merma cognitiva es común entre los adultos de edad más avanzada y puede afectar gravemente a la calidad de vida.

Para determinar los beneficios potenciales de la instrucción cognitiva en la vida diaria de los ancianos, los investigadores llevaron a cabo un programa denominado Instrucción Cognitiva Avanzada para una Ancianidad Independiente y Vital (ACTIVE, en inglés).

"La demostración de que las ventajas que se obtienen con esta instrucción se mantienen por diez años es un resultado sorprendente porque indica que una intervención que es bastante modesta en materia de destrezas mentales puede tener efectos de largo plazo", señaló el autor principal del estudio, George Rebok, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (Maryland).

Los participantes en el estudio fueron agrupados de manera aleatoria para recibir instrucción, a su vez diferenciada, o para no recibirla, como grupo de control.

A los individuos en el grupo de instrucción para la memoria se les instruyó sobre estrategias para recordar listas de palabras y secuencias de objetos, materiales en texto, y las ideas principales y los detalles de relatos.

Los participantes en el grupo de razonamiento recibieron instrucción sobre cómo se resuelven problemas siguiendo patrones, lo cual es útil para tareas tales como la lectura de los horarios de los autobuses o para rellenar formularios.

Por su parte, quienes recibieron instrucción sobre la velocidad de procesamiento participaron en un programa con computadoras que se enfocó en la capacidad para identificar y localizar rápidamente la información visual, algo útil en la búsqueda de los números o la reacción a los cambios en el tráfico cuando se conduce un automóvil.

Los cursos de instrucción se llevaron a cabo en grupos pequeños con sesiones de 60 a 75 semanas.

Diez años más tarde los participantes en cada uno de los grupos de intervención dijeron que tenían menos dificultades con las actividades de la vida cotidiana.

Casi el 60 por ciento de los participantes instruidos, comparado con el 50 por ciento de los del grupo de control, estaban en el nivel del comienzo del estudio, o por encima, en cuanto a su funcionamiento en las actividades diarias tales como el uso de medicamentos, la cocina y la gestión de sus finanzas.

El rendimiento de la memoria mejoró hasta cinco años después de la intervención, pero no se notaron diferencias significativas diez años después entre los participantes con instrucción y los que no la recibieron.

No obstante, los participantes en el cursillo de instrucción sobre razonamiento y los de rapidez de procesamiento seguían mostrando mejorías significativas en relación con los no instruidos, incluso diez años más tarde