Reforma de la Ley del Aborto
El derecho a vivir
Desde hace casi 30 años España vive las consecuencias de una ley del aborto que, gobierno tras gobierno, se ha ido cobrando miles de vidas humanas. La ley de 1985 fue validada por el Tribunal Constitucional, pero estaba basada en una premisa errónea e inaceptable como es que la vida del concebido no es un bien absoluto y que su derecho a vivir puede entrar en conflicto con otros derechos. Gallardón parte de nuevo de este concepto falso para reformar la actual ley del aborto, nacida para convertirlo en un derecho. La salud de la madre ha de ser preservada, y el médico ha de intentar cuidar a madre e hijo, pero siempre ha de anteponerse el derecho a la vida por encima de todo lo demás. Cualquier ley que permita acabar con un ser humano dentro del seno materno será injusta y no tendrá legitimidad por mucho que un tribunal la dé por buena. Es necesario acabar con el aberrante y discriminatorio aborto eugenésico en su totalidad, pero no se puede ocultar que los hijos sanos que son abortados con la excusa de un «conflicto de intereses» son igualmente discriminados frente a los hijos deseados que tuvieron la suerte de nacer.
La sociedad ha de comprender que todos, discapacitados o no, tienen un derecho inalienable y anterior a cualquier otro: el derecho a la vida. De lo contrario, el drama del aborto nunca desaparecerá de nuestras vidas.
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