El día que habrá tantos obesos como desnutridos

El director general de la FAO alerta de la «globalización de la obesidad».

Hace tres años los líderes mundiales definieron la erradicación del hambre como condición imprescindible para un mundo más justo, y «paradójicamente, desde entonces el hambre no ha parado de crecer», manifestó ayer José Graziano da Silva, el director general de la FAO ante casi 200 parlamentarios reunidos en la Cumbre Parlamentaria Mundial contra el Hambre y la Malnutrición. La desigualdad en el reparto de la riqueza y el sinsentido hace que en la actualidad el número de personas que pasan hambre y el de personas obesas sea cada vez más similar. En concreto, según los últimos datos de la FAO y de otras agencias, 821 millones de personas pasan hambre; es decir, el 11% de la población mundial. En paralelo, está aumentando el número de personas con sobrepeso: ya hay 2.000 millones de adultos con sobrepreso, y de ellos 672 millones son obesos.

«Si no encontramos formas concretas para detener ese aumento constante, el número de obesos pronto será tan alto como el de personas que pasan hambre», afirmó Graziano da Silva, según informa la FAO en su web. Y no se trata únicamente de un problema de países desarrollados. La obesidad es un fenómeno global: «ocho de los 20 países en los que aumenta de forma más rápida están en África», aseveró.

El motivo principal tras este alarmante incremento, explicó, es que los sistemas alimentarios actuales no suministran dietas saludables y que las personas consumen cada vez más alimentos industriales altamente procesados, con pocos nutrientes y alto contenido en grasas saturadas, azúcar, sal y aditivos químicos. «Desafortunadamente, la comida procesada también es más conveniente para el comercio internacional. Eso afecta en gran medida a las poblaciones de países que importan la mayor parte de sus alimentos, como las islas del Pacífico y del Caribe», explicó Graziano da Silva, que puso como ejemplo a seguir Canadá, que ha prohibido el uso de algunos tipos de grasas artificiales en la producción de alimentos o Argentina, que va por ese mismo camino.

«A pesar de los recientes retrocesos, un mundo sin hambre y malnutrición aún está al alcance. El Hambre Cero para 2030 todavía es posible si todos trabajamos juntos», concluyó. Algo en lo que coincide el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que, según recoge Ep, durante la inauguración afirmó que la «sobrecogedora» cifra de que 7.000 niños mueren al día, 2,6 millones al año, por causas derivadas del hambre y la malnutrición.