Barcelona

Hallan una proteína que da el «chivatazo» de que hay cáncer

Células cancerígenas
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La probabilidad de que la batalla contra un cáncer se resuelva satisfactoriamente depende en gran parte de la prontitud con la que se detecte la enfermedad. Una forma dar con el tumor es emplear sustancias específicas en la sangre, la orina o en los distintos tejidos del organismo conocidas como marcadores tumorales.

Sin embargo, hoy en día se conocen muy pocos marcadores de cánceres en su fase inicial, una situación que provoca retrasos en la detección y por tanto reduce notablemente la eficacia de los tratamientos. Para paliar este déficit, la UE ha puesto en marcha el proyecto FLOWERFIELDS ("Early-Stage Tumour Markers Based on the Flower Proteins"), dirigido por el Dr. Eduardo Moreno, de la Universidad de Berna (Suiza), que pretende diagnosticar el cáncer antes de que pase a su fase agresiva.

De la importancia de avanzar en este campo dan cuenta numerosos estudios clínicos, como uno estadounidense que descubrió que el ochenta por ciento de las mujeres que sufren cáncer de ovario epitelial muestran indicios de metástasis cuando se produce el diagnóstico, lo que genera una tasa de supervivencia a cinco años de entre el diecinueve por ciento y el treinta y dos por ciento. En comparación, su detección temprana aumenta dicha tasa hasta entre un ochenta y un noventa por ciento.

Las células precancerosas y cancerosas en una fase muy inicial expresan el código molecular denominado "código Flower"en los cánceres epiteliales, como son el de ovarios, mama, próstata, pulmón, colon y piel, según explica la agencia de UE Cordis. El proyecto se puso en marcha en febrero de 2013 y ya ha logrado probar que la proteína Flower constituye un biomarcador válido del cáncer. Futuros ensayos demostrarán además si esta misma proteína puede utilizarse para comprobar si el tratamiento ha logrado erradicar por completo el cáncer.

FLOWERFIELDS se ha planteado dos objetivos: desarrollar ligandos (sustancias que se unen a otra entidad) mejorados que puedan aprovecharse en ensayos de diagnóstico dedicados a comprobar la expresión del gen Flower y, seguidamente, confirmar su potencial clínico mediante muestras de tejido humano.

En la segunda fase, que contará con al menos cincuenta muestras, participarán el Instituto de Patología del Hospital Universitario de Berna (Suiza) y el Hospital Clínico de Barcelona (España). Dicha cantidad de muestras es la mínima precisada por muchas empresas farmacéuticas, algunas de las cuales ya han manifestado su interés en la investigación, antes de contemplar la técnica para su licenciación.