Enfermedades
La Antártida puede ser una farmacia
Científicos de la Facultad de Biología Animal de la Universidad de Barcelona (UB) están realizando una investigación en aguas de la Antártida para buscar productos naturales de origen marino y valorar su potencial farmacológico para curar enfermedades.
En una videoconferencia desde la base antártica Gabriel de Castilla, instalada en la isla de Decepción, en el archipiélago de las Shetland del Sur de la Antártida, la profesora de Biología Animal de la UB Conchita Ávila ha comentado sus investigaciones con el vicedecano de Investigación de la Facultad, Jordi García-Fernández, y otros de sus colegas que han seguido sus explicaciones desde el aula magna.
Ávila, que dirige el proyecto antártico Actiquim-II, continuación de los proyectos Ecoquim (1998) y Actiquim (2004), ha explicado que su equipo está estudiando el papel de productos naturales de origen marino en los ecosistemas marinos de la Antártida para valorar su potencial farmacológico y evaluar las posibles alteraciones causadas por la actividad humana en estos ecosistemas aún desconocidos.
"El objetivo de Actiquim es estudiar moléculas químicas, presentes en los invertebrados marinos, y averiguar si modulan la relación entre diferentes grupos de organismos en el ecosistema antártico, es decir, si son tóxicas para los depredadores, ayudan a competir por el espacio o el alimento, etcétera", ha explicado la profesora.
En el marco de este proyecto, también se estudia si estos productos naturales podrían tener aplicaciones farmacológicas para tratar enfermedades.
La campaña actual, que se lleva a cabo entre enero y marzo de 2013, incluye un programa de inmersiones con escafandra autónoma en el litoral de la isla Decepción.
Con estas inmersiones se trata de establecer la actividad ecológica (defensa, toxicidad, citotoxicidad...) de extractos y productos naturales aislados de organismos del bentos antártico.
También quieren determinar la presencia de invertebrados marinos que viven asociados a huesos de ballena y estudiarlos desde las vertientes taxonómica, morfológica y química para inferir qué relaciones fitogenéticas y evolutivas presentan y describir nuevos productos naturales con potencial antitumoral y antiinflamatorio.
La directora del equipo científico del proyecto Actiquim, financiado por el antiguo Ministerio de Ciencia e Innovación, ha informado de que también están cartografiando las comunidades de invertebrados bentónicos de la Calita Balleneros, en la misma Isla Decepción, para poder evaluar qué efectos tiene sobre ellos la actividad turística.
El objetivo es identificar los aspectos clave que permitan gestionar y planificar el turismo con un impacto mínimo sobre los ecosistemas naturales marinos en la Antártida.
En el proyecto Actiquim también participan otros expertos de la Facultad de Biología de la UB, de la Facultad de Farmacia de la UB, del Parque Científico de Barcelona, del Instituto Español de Oceanografía de Gijón, de la Universidad de Bonn (Alemania), de la Universidad de Alaska (EEUU) y del Consejo Nacional de Investigación Científica de Nápoles (Italia).
✕
Accede a tu cuenta para comentar