Pobreza

La malnutrición no solo se resuelve con comida

Un estudio demuestra que los antibióticos y la introducción de bacterias beneficiosas deben agregarse a la alimentación para ayudar a paliar la desnutrición

Un niño malnutrido en Sudán
Un niño malnutrido en Sudánlarazon

Uno de cada tres niños menores de 5 años que mueren en el mundo lo hace por malnutrición. La falta de comida es uno de los motivos que provoca este problema, pero no es el único. Desde hace tiempo, los científicos estaban intrigados al observar a los pequeños de algunas familias en Malaui.

En aquel país africano, la escasez de alimentos es frecuente, pero la malnutrición afecta de manera muy desigual a los niños, algunos incluso dentro de un mismo hogar.

Esta diferencia había llevado a deducir que había algo más que la falta de comida en aquel problema. Ahora, un equipo de investigadores dirigidos desde la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (EEUU) muestra que el factor extraordinario se encuentra en la gran cantidad de bacterias que viven en nuestro intestino y que cumplen importantes funciones en la digestión o la absorción de nutrientes.

Los científicos han observado que el mal estado de las bacterias y la desnutrición se agravan mutuamente con lo que parece claro que afrontar el problema requiere atacar simultáneamente sus dos causas. El tratamiento habitual para los niños con malnutrición es una dieta basada en cacahuetes que ha servido para paliar el problema y que repara la flora intestinal, informa la web Materia.

Sin embargo, el efecto de este tipo de comida sobre los microorganismos solo es temporal y cuando se abandona la dieta vuelven a su situación patológica. La falta de solución para este mal deja raquíticos a un 20% de los niños del mundo.

El estudio, que se ha publicado esta semana en la revista Science, siguió a 317 parejas de gemelos de Malaui durante sus tres primeros años de vida. La mitad de las parejas se mantuvieron sanas durante ese tiempo y de la otra mitad, uno o dos de los gemelos sufrió malnutrición.

Para conocer la relación entre la malnutrición y la situación de los microbios intestinales, los investigadores analizaron las heces de los pequeños. Después, con el fin de profundizar en el conocimiento de los efectos de los microorganismos dañados, los investigadores trasplantaron los microbios del intestino de los niños malnutridos a ratones.

Trasplante de microbios

Los resultados confirmaron las sospechas de los científicos. Después de alimentarse con la misma dieta de gachas de maíz que suelen tomar los niños de Malaui, los ratones que habían recibido las bacterias de los enfermos también se quedaron raquíticos. Igual que en el caso de los niños, la flora bacteriana de los ratones volvió a un estado normal después de recibir la alimentación a base de cacahuetes, pero volvió a deteriorarse cuando volvieron a comer la pobre dieta de gachas.

Para tratar de explicar los mecanismos por los que el trasplante de los microbios de los niños enfermos dañaba también a los ratones, los investigadores analizaron en profundidad esos organismos y allí encontraron, entre otras cosas, bacterias relacionadas con varios tipos de enfermedades humanas. Además, descubrieron que el efecto combinado de la dieta pobre y la flora intestinal deteriorada afectaba al metabolismo de los ratones y a su capacidad para adquirir muchos nutrientes.

En un estudio paralelo, realizado también en Malaui y publicado en The New England Journal of Medicine, investigadores de la Universidad de Washington mostraron que los antibióticos mejoran el efecto de las dietas hipercalóricas que se da a los niños para intentar curarles de la malnutrición. En el futuro, la creación de suplementos alimentarios para reparar la flora intestinal e incluso la introducción de bacterias beneficiosas en la flora de los niños pueden empezar a paliar este serio problema humanitario.

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