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Sin pistas en La Majaloba
La Policía trabaja en otros puntos de la finca indicada por Carcaño tras no lograr resultados la zona marcada por georradar. Ahora se está excavando en torno a una tubería que fue colocada allí después del crimen
Antonio llegó a casa empapado en sudor y polvo. Arrastrando el cansancio en las suelas de sus zapatos. Muchas de sus ilusiones y esperanzas han quedado escurridas en el maizal de La Rinconada, donde la Policía ha buscado sin descanso a Marta del Castillo durante casi dos jornadas. Es un hombre vitalista que nunca desfallece. «No pararé hasta encontrar a mi hija», ha repetido insistentemente durante los últimos años. Es la comprensible obsesión de un padre que necesita respuestas y una tumba donde llevarle flores a su hija. Eva, la madre de Marta, ha esperado en casa, inquieta, a veces nerviosa. La llamada del móvil con la ansiada noticia no llegó. Aún así se mantienen firmes, convencidos de que tarde o temprano encontraran respuesta a sus plegarias.
La jornada de excavaciones comenzó pronto, a las 8:00 horas. La máquina movió la tierra en los puntos marcados por el técnico del georadar, Luis Avial. Una docena de lugares, entre puntos principales y secundarios. La ansiedad se convertía en decepción cada vez que el agujero se abría y tras la comprobación se tapaba. Una y otra vez. La policía ya sabía que se iba a encontrar con dificultades. Las señales del aparato de Luis Avial no eran definitivas. Hace una semana pasó el georadar con el suelo encharcado de agua, lo que distorsiona la señal. Además, las torretas eléctricas que se estiran hacia el cielo también dificultaron la lectura. Al punto de que en la primera prospección se ordenó que todo el mundo apagara el móvil. Así lo confirmó en Espejo Público el abuelo de Marta, José Antonio Casanueva: «Nos pidieron que desconectáramos los teléfonos para no interferir en la señal del georadar».
La Policía nacional de Sevilla, más concretamente el Grume (Grupo de Menores), no desfallece. A pesar de que los puntos quedaron descartados antes de la hora de comer, por la tarde reanudaron con nuevos bríos la búsqueda. Existe una tubería paralela a la carretera de una longitud de unos 800 metros. El Comisario Mandojana decidió guiarse por los datos y su enorme experiencia. Así, ordenó que se abriese cada 6 metros en esa línea. Justo en los empalmes de las tuberías. Allí, hace un tiempo, se removió la tierra por operarios para comprobar si había fugas. Así, al menos lo anunció oficialmente un portavoz policial. La determinación de los agentes es asombrosa. El día que se vayan del maizal quieren tener el convencimiento de que se hizo todo lo humanamente posible.
La búsqueda se basa en la séptima versión de Miguel Carcaño. Desde prisión asegura que es allí donde la enterraron. Envueltos en las sombras de la noche. En una zanja ya hecha que taparon con escombros y donde había una redecilla de obra naranja. Sitúa el lugar en La Rinconada. Cerca de una gasolinera y después de pasar por una venta. Habla de unas luces verdes. Pero cuando llega al lugar exacto no sabe señalar bien con el dedo. Carcaño dice recordar que veía el horizonte y que desde el punto en el que estaba escuchaba los coches e incluso veía sus faros. Y llora. «Juro que es verdad. Que esta vez no miento. Creedme», ha suplicado mas de una vez a los investigadores.
En esa nueva versión acusa a su hermano Francisco Javier de matar a Marta del Castillo y de acompañarlo a esconder su cadáver. Sin embargo, hace una semana el hermano de Miguel me dijo: «Mi hermano miente en cuanto a que yo participe».
La búsqueda finalizó en torno a las diez de la noche. Hoy se reanuda con los primeros rayos del sol que disipan las decepciones y calientan las esperanzas. Ojalá hoy sea el día en que Eva y Antonio puedan dejar de buscar.
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