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Hispasat: cómo hemos cambiado en 20 años

Elena Pisonero, presidenta de Hispasat, en una conferencia en Madrid
Elena Pisonero, presidenta de Hispasat, en una conferencia en Madridlarazon

El mundo de los satélites es cada vez más «complejo» y «competitivo» pero también «apasionante» por la revolución digital en marcha que permite al ciudadano común acceder a servicios que antes estaban al alcance solo de grandes empresas, aseguró la presidenta de Hispasat, Elena Pisonero, informa la agencia Efe.

Pisonero visitó hoy en Palo Alto (California, EEUU) la sede de la empresa SSL, que fabrica dos grandes satélites de comunicación que Hispasat espera lanzar al espacio en el año 2017 y cuyo coste rondará los 600 millones de dólares.

«Con la revolución digital, pasas de trabajar para intermediarios a tener en mente a ciudadanos concretos que ahora acceden a ese tipo de servicios», explicó en entrevista con Efe la presidenta del operador de satélites de comunicación español.

«Antes había tres o cuatro operadoras de telecomunicaciones capaces de demandar satélites. Ahora hay personas en la selva colombiana que te piden un acceso a internet que facilitas a través de una antena de 80 centímetros y tú, a través de tu señal, los conectas con el mundo digital. Eso antes era impensable», añadió.

La directiva indicó que hace dos décadas, cuando Hispasat empezó su negocio, las operadoras telefónicas, o cadenas de televisión, compraban una capacidad para la vida útil del satélite que ronda los 15 años.

Ahora, explicó Pisonero, los clientes ya no adquieren servicios por la vida útil del satélite, sino que lo compran «por un periodo determinado de tiempo, con una determinada capacidad», lo que hace que empresas como Hispasat tengan que asumir «mucho más riesgo».

Para afrontar esa situación, Hispasat busca poner en órbita satélites con mayor capacidad y ofrecer nuevos servicios, como los contratos con Gobiernos, como los de México y Colombia, para facilitar la conectividad en zonas rurales remotas.

La directiva subrayó que tecnologías como la fibra óptica plantean también un gran desafío, porque «tiene una capacidad enorme de transmisión y comunicación a un precio competitivo».

Aun así, Pisonero hizo hincapié en que la fibra óptica «no llega a todos los sitios» y es una tecnología que no todos los países pueden costear.

«Para determinadas cosas el satélite es fundamental. La transmisión de un evento de televisión y radio en todo el mundo no lo puede hacer la fibra, tiene que ser el satélite», explicó.

La fibra óptica tampoco es competitiva a la hora de ofrecer servicios de comunicación en aviones, trenes o barcos, «todos los ámbitos en los que no haya infraestructura terrestre».

Eso explica, en cierta manera, el que el negocio de Hispasat esté creciendo sobre todo en América Latina, que representa ya un 60 % del negocio de la empresa, frente al 40 % de Europa, «donde las infraestructuras terrestres son muy potentes».

«En el caso de América Latina -afirmó-, la demanda de satélites es tremenda porque quieren estar cuanto antes en las comunicaciones y en internet y los satélites son la mejor solución, la más rápida y la que ofrece cobertura a espacios tan enormes como son los americanos».

La directiva destacó que los satélites resultan también cruciales en catástrofes, cuando se necesitan las comunicaciones para resolver los problemas sobre el terreno.

«El único que puede hacer eso en un tiempo récord es el satélite. Las comunicaciones terrestres son lo primero que se destruyen», dijo Pisonero.

Uno de los satélites que se fabrica en Palo Alto, el Hispasat 1 F, sustituirá a otro cuya vida útil ya ha vencido y servirá sobre todo a España, Europa y el Norte de África.

El segundo de los satélites, Amazonas 5, ofrecerá servicios de comunicación en América Latina.

Ambos son satélites de órbita alta, situada a unos 36.000 kilómetros de la Tierra y que se perciben como puntos fijos en el cielo ya que giran al mismo tiempo que la Tierra y, por lo tanto, están siempre situados sobre sus respectivas zonas de cobertura con el fin de que no pierdan nunca la señal.

Los satélites de comunicaciones como los de Hispasat se utilizan para distribuir señales de televisión, voz y datos.

EFE