Un pueblo noruego coloca espejos en la montaña para recibir la luz del sol

Los habitantes han cumplido un sueño centenario. Han pasado 100 años desde que Sam Eyde propusiera la idea del "espejo de sol", hasta que se ha hecho realidad. La ciudad de Rjukan situada en un valle, frente al majestuoso Gaustatoppen (1.883 m). Durante los meses de invierno, de octubre a marzo el sol desaparece para esta pequeña localidad montañosa. De hecho, Cada año se celebra el retorno del sol con una gran fiesta. Sam Eyde propuso la idea de instalar espejos en la montaña en 1913, ante la necesidad de los trabajadores de tener luz solar procedente del reflejo de la nieve. Ante la falta d ela tecnología, se contruyó un funicular que unía la ciudad con las montañas y el sol. en 2005, Martin Andersen recuperó la idea de Eyde y se puso en marcha un proyecto que fue inaugurado ayer. El espejo del sol ha sido construido a 742 metros de altitud, a unos 450 metros al norte del municipio. El espejo se controla de forma inhalámbrica con un ordenador, desde Rjukan. El dispositivo consta de tres espejos automatizados de 17 metros cuadrados, que siguen el movimiento del sol y los dirige hacia la plaza del pueblo durante todo el año, a la qye llega un rayo de sol de 600 metros cuadrados. Los espejos obtienen su energía del sol y el viento.