Melilla

Tom y Júper, agentes con un sexto sentido

Tom y Júper son dos agentes especiales de la Guardia Civil destinados en el puerto de Motril (Granada) que gracias a su olfato y adiestramiento han conseguido localizar grandes cantidades de droga que pretendían ser introducidas en la península por esta dársena.

Estos dos perros, pertenecientes al grupo cinológico de la Guardia Civil, han tenido que olfatear a más de 225.000 personas y a 50.000 vehículos durante la Operación Paso del Estrecho, al ser los encargados de detectar la droga que pueden transportan los narcotraficantes en su equipaje, ropa o cuerpo, así como la que llevan escondida en sus vehículos.

Gracias a la destreza de estos dos canes han sido detenidas 16 personas por delitos contra la salud pública, abiertos más de un centenar de expedientes por infracciones menores y localizados seis vehículos que llevaban droga escondida.

Las detenciones se han producido durante las labores de desembarque de los buques que llegan o salen del puerto de Motril, y los arrestados han sido en su mayoría personas que llevaban la droga en el interior o escondida en alguna parte de su cuerpo, generalmente en pequeñas cantidades.

Francisco Delgado, instructor del grupo cinológico de la Guardia Civil encargado de su adiestramiento, apunta a Efe que estos dos perros llevan con él seis meses y que la evolución que están teniendo es "sorprendente".

La forma de actuar de los perros en los controles de la sección fiscal del puerto de Motril es completamente diferente según el lugar donde se efectúen.

En el paso de aduanas de la estación, el perro se infiltra entre los pasajeros como si fuera uno más y pasea junto a ellos sin ladrar ni levantar sospechas.

Si detecta algo anómalo se detiene junto al sospechoso o lo sigue hasta que llegue su guía instructor o cualquier otro agente, a lo que sigue un control más exhaustivo en el que el perro llega a oler pequeñas cantidades que en muchos casos acaban en meras sanciones administrativas.

Cuando las cantidades son mayores o están escondidas en el interior del cuerpo, los sospechosos son llevados al hospital para que se les tomen radiografías.

Si se trata de un vehículo, el can se dedica a rascar la zona donde se encuentra la droga escondida hasta que el instructor le ordena lo contrario, tras lo cual el coche es trasladado a una zona más reservada para su inspección.

Para que la operación culmine con éxito, los perros son sometidos a un entrenamiento y adiestramiento casi diario que en algunas ocasiones se convierte en una aprehensión más, como ocurrió el pasado miércoles, cuando encontraron cerca de 10 kilos de hachís en el lateral de un vehículo mientras se ejercitaban.

Delgado no se inclina ni muestra favoritismo por ninguno de los dos; Tom, un pastor alemán de color canela, demuestra ser por momentos el más veterano con unos movimientos más tranquilos y pausados, mientras que Júper, un pastor belga de color negro, es un cachorro que no llega aún al año y que muestra ganas de jugar en todo momento.

En lo que va de año, el Servicio Fiscal de la Guardia Civil en el puerto de Motril apoyado por estos dos perros ha conseguido detener en controles de pasajeros y vehículos, tras el desembarco de barcos rápidos de Melilla, Nador y Alhucemas (Marruecos), a 16 personas, 11 de las cuales escondían hachís en su cuerpo, y localizar seis vehículos que llevaban escondida la sustancia en dobles fondos.