Sevilla
Tras la pista definitiva de Marta
Tan sólo un mes después de la primera búsqueda de Marta del Castillo en la finca «Majaloba» de la localidad sevillana de La Rinconada, la Policía Nacional reanudó ayer el rastreo en la misma zona, esta vez con un georradar que estudiará una superficie acotada de 10.000 metros cuadrados. De esta manera, los agentes continúan buscando el cuerpo, desoyendo al juez que instruyó el caso, Francisco de Asís Molina, y al fiscal, Luis Martín Robredo, que no dan credibilidad a la séptima y última versión de Miguel Carcaño, quien dijo que fue su hermano Francisco Javier Delgado quien mató a la joven con la culata de una pistola y luego ambos enterraron el cuerpo en cal viva en una zanja de La Rinconada.
Los trabajos comenzaron a las 7:00 horas en la zona más cercana a la carretera que une la localidad con Sevilla, junto a una torre de electricidad. La mayor parte del terreno está ocupada por una plantación de maíz, con mucho barro provocado por el riego del cultivo. El operativo desplazado al lugar estuvo compuesto por 20 agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), seis policías del Grupo de Menores (Grume) y cuatro responsables de la empresa privada que ha trasladado el aparato, «Condor Georradar».
También estuvieron presentes en todo momento el padre de la joven, Antonio del Castillo, y su tío, Javier Casanueva. Del Castillo también presenció la primera búsqueda, cuyos participantes soportaron un intenso calor. Sin embargo, ayer el cielo estuvo nublado durante toda la mañana, lo que propició que la operación se desarrollara de una manera más llevadera.
A diferencia de la primera búsqueda, en esta ocasión la Policía Nacional citó a la prensa por «cuestiones de operatividad», tal y como aseguró la portavoz del cuerpo, Ana Cambón. El objetivo era ordenar la presencia de los informadores para no entorpecer el rastreo ni el tráfico, que fue incesante durante toda la mañana, con la presencia de camiones de gran tonelaje. Más de 30 periodistas se agolparon en la cuneta de la carretera, con cuatro unidades móviles desplazadas hasta la zona. La expectación fue creciendo conforme fue avanzando la mañana. Como nota curiosa, las ruedas del aparato se llenaron de fango y llegaron a bloquear el sistema. Los técnicos y agentes decidieron cruzar la carretera y dirigirse a una gasolinera cercana, donde las desmontaron y limpiaron con una pistola de agua a presión, ante la sorpresa de los conductores que llegaban a repostar y los informadores.
El georradar estará trabajando tres días más, tal y como aseguró la portavoz policial, en una búsqueda que espera que sea la «definitiva». El aparato detecta cualquier tipo de irregularidad en el terreno o movimientos en los sustratos, provocados por causas naturales o por el hombre. La empresa elaborará un informe con los resultados y, en función de los mismos, la Policía decidirá si se vuelve a excavar y determinará los lugares concretos donde se hará.
En torno a las 21:00 horas, cuando bajaron las temperaturas, se sumó al operativo un helicóptero con una cámara geotérmica. «Se trata de un complemento del georradar», aseguró la portavoz policial. Este sistema ya fue utilizado por la Policía para buscar los restos de Ruth y José en la finca de «Las Quemadillas», en Córdoba.
Los agentes no han escatimado esfuerzos en ningún momento para buscar el cuerpo de la joven, puesto que también se desarrollaron labores parecidas en el río Guadalquivir, el vertedero de Alcalá de Guadaíra y dos enclaves situados en la localidad de Camas: Caño Ronco y la denominada Ruta del Agua. La delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, señaló que con esta búsqueda la Policía espera encontrar «algunos indicios que nos hagan hacer excavaciones y cuestiones adicionales», al tiempo que recordó que su departamento ha «prometido» tanto a la familia como a la sociedad andaluza que iban «a seguir con la búsqueda del cuerpo».
El primer rastreo en «Majaloba» se desarrolló durante los días 12 y 13 de junio. Entonces, tras solicitar los respectivos permisos al titular de la finca, se realizaron movimientos de tierra y trabajos de desbroce. Posteriormente, una máquina excavadora abrió ocho zanjas y la tierra extraída se examinó minuciosamente, aunque con un resultado negativo.
Tanto el juez como el fiscal se oponen a esta operación, aunque se mantiene abierta una pieza separada relativa a la búsqueda. El magistrado considera que la Policía se «extralimita» al dar credibilidad a la versión de Carcaño. A su juicio, los agentes «cuestionan el propio trabajo de investigación que realizó durante años, que fue concienzudo y minucioso, y ahora intentan desvirtuar sus propias conclusiones, al punto de dar credibilidad a la autoexculpación del autor confeso del crimen». Especialmente duro se muestra también el fiscal, quien tacha de «absurda, ilógica e inverosímil» la última versión de Carcaño. «No se entiende el motivo por el cual la Policía le toma una nueva declaración a Carcaño, desviándose claramente del objeto de la pieza separada de la causa principal, que es la búsqueda del cuerpo de la menor, y menos se entiende aún que le conceda credibilidad».
Igualmente, recuerda que la «única prueba que existe en las diligencias» contra Francisco Javier Delgado es la declaración del propio Carcaño en sede policial y judicial, aunque el «grado de veracidad de sus declaraciones es nulo o inexistente», puesto que a lo largo del procedimiento judicial «dio una serie de versiones, todas ellas diferentes».
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