Accidente minero
Un minuto de silencio por cada minero fallecido
León- La localidad leonesa de La Pola de Gordón se convirtió ayer en el epicentro de la tragedia que el lunes se llevaba la vida de seis mineros en el Pozo de Emilio del Valle de la empresa Vasco Hullera Leonesa, en Llombera de Gordón. Una mañana fría y gris en esta comarca minera. Todos los vecinos acudían al ayuntamiento para encender una vela en recuerdo de los compañeros fallecidos y para escribir una dedicatoria en el libro de firmas. «Arriba la minería y sus gentes. Corazón roto por la minería, sus familias y amigos que fueron del ayer», decía una de ellas. «A todos vosotros: seguid luchando, sois unos valientes», ponía otra. «Desde Laciana, todo nuestro cariño y apoyo para la familia minera, que es la nuestra», explicaba otro mensaje. Frases que se suman a las muestras de dolor recibidas desde todo el país y que el presidente de la Junta de Castilla y León agradeció. Hasta allí se trasladaron trabajadores y vecinos de las cuencas mineras de toda España para expresar su solidaridad con las familias. Todos ellos guardaron seis minutos de silencio, uno por cada fallecido. Oliva Casero y María Jesús Prieto, dos vecinas que apenas podían contener las lágrimas. «Parecía imposible que pudiera ocurrir esta desgracia », afirmaban ambas, que lamentaban la mala suerte de la minería, pero, sobre todo, se preguntaban qué es lo que va a pasar ahora tras este varapalo. Las dos eran amigas de la familia de Orlando González, el minero de La Pola de Gordón que perdía la vida después de trece años trabajando con el carbón. El viernes cogía vacaciones y pensaba ir a Málaga con su novia, Marta Elena, a pasar allí unos días de asueto y desconectar de la dureza del «tajo». La mala suerte del destino también quiso que Orlando trabajara ese día de mañana, cuando siempre entraba de tarde, a partir de las tres. «Era deportista y una persona que disfrutaba de las pequeñas cosas», recordaba su novia a las puertas del tanatorio La Virgen del Buen Suceso, donde recibía el cariño de la gente. Junto a ella se encontraban su cuñada y José Manuel, el hermano de Orlando. Tanto José Manuel como su mujer, rotos de dolor, reconocían que han sufrido un golpe muy duro que será difícil de superar, y hacían un llamamiento para que se ayude a las familias y a los compañeros que tienen que volver a la mina. Pese a todo, asegura que van a luchar a partir de ahora para salir adelante con más fuerza para que todo lo que ha ocurrido no sea inútil.
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