Una mujer logra tener un hijo después de sufrir 20 abortos naturales

Kelly Moseley, de 37 años, ha cumplido su sueño. después de 11 años de intentos desesperados y 20 abortos naturales ha logrado tener un hijo. Según explica esta madre luchadora al diario británico "DailyMail", muchas personas le decías que era hora de parar porque ya había perdido demasiados. Pero sus ganas de ser madre se lo impedían. "Sólo uno más", pensaba cada vez que tenía un aborto. Esto es lo que la mantenía con fuerzas y lo que le ha llevado a tener sus frutos. "Hay veces que tengo que pellizcarme para asegurarme de que no estoy soñando", relata.

Moseley consultó numerosos especialistas, hasta que dio con uno que descubrió que tenía un número alto de células "asesinas"naturales en su sistema inmunológico, incompatibles con el embarazo porque atacaban al feto. El doctor Hassan Shehata lo intentó con diferentes fármacos, pero todos fracasaban. Sin embargo, un día decidió probar con las pastillas contra la malaria, un tratamiento muy agresivo, pero que suprimió su sistema inmunológico y evitó que las células atacaran a su feto. Después de 18 abortos antes de las ocho semanas y de dos de cinco meses, no quería hacerse ilusiones. Cada día se levantaba pensando que iba a perder a su bebé. Tampoco se lo dijeron a nadie. A medida que el embarazo avanzaba, fue adecuando su vestimenta para intentar ocultarlo. Fueron días y meses interminables para la pareja, que no tiene palabras para agradecer la llegada de Tyler.

Lo extraño del caso es que Kelly ya tenía dos hijas de un matrimonio anterior, de 15y 18 años, pero esta vez era diferente. Cuando se casó con Alan, todo eran planes de futuro, pero no se cumplían. La falta de recursos económicos impidió a la pareja a acudir a un centro privado para someterse a tratamiento. en 2007, con 11 abortos a sus espaldas, Kelly vio una entrevista en televisión con el doctor Shehata, obstetra y ginecólogo en Epsom y St Helier University Hospitals NHS, que explicaba cómo había ayudado a una mujer a ser madre después de 18 abortos. Kelly pensó en ese momento que era su única esperanza y le escribió suplicando su ayuda. El doctor respondió, se citaron y comenzó a estudiar su caso. No fue fácil. De hecho, en 2011 le tuvieron que inducir un parto porque su bebé no tenía latido.

La situación comenzó a afectar personal y psicológicamente a la pareja. El médico de cabecera de Kelly le rogó que parara porque sólo le iba a generar más dolor. Pero esta madre no cedió. Cuando el doctor Shehata le sugirió utilizar el fármaco contra la malaria no lo dudó. Un año después logró quedarse embarazada, pero a las 28 semanas tuvieron que practicarle una cesárea porque tenía la presión arterial muy alta y le podía afectar. Finalmente, se obró el milagro y Tyler nació y pesó un kilo y 300 gramos. A pesar del calvario que ha vivido esta mujer no duda en aconsejar a otras parejas en una situación similar: "No te rindas. Sabemos lo mucho que duele, pero todo lo que hagas vale la pena".