Reino Unido
Una niña de 14 congela su cuerpo y se convierte en la «Paciente 143»
La menor murió de un cáncer incurable y tras una dura batalla judicial logró que un juez aprobara su petición
Una niña británica de 14 años ha sido criogenizada después de morir de cáncer. El caso ha conmovido a la opinión pública de Reino Unido, después de un largo proceso judicial en el que la niña consiguió que un juez le permitiera cumplir sus deseos.
Una niña británica de 14 años ha sido criogenizada después de morir de cáncer. El caso ha conmovido a la opinión pública de Reino Unido, después de un largo proceso judicial en el que la niña consiguió que un juez le permitiera cumplir sus deseos. La adolescente quería morir y congelar su cuerpo con la esperanza de que algún día pudiera ser despertada y curada. El fallecimiento se produjo el pasado mes de octubre y su cuerpo permanece en un tanque, a -196 grados centígrados dentro del Instituto Criogénico con sede en Michigan.
La menor no lo ha tenido fácil. Desde que supo que el extraño cáncer que padecía no tenía cura, comenzó a investigar. Sus ganas de vivir se agarraron a la criogenización, un proceso que no está demostrado que sea efectivo pero que le daba esperanzas. Sus padres estaban divorciados y su madre se puso de su lado, pero el madre se negó a dar su permiso debido al alto precio que había que afrontar para poner en marcha el proceso y mantenerlo en el tiempo (más de 40.000 euros). El caso acabó en los tribunales.
La joven escribió en su lecho de muerte una carta al juez: "Tengo sólo 14 años y no quiero morir, pero sé que voy a morir. Quiero vivir y vivir más tiempo y creo que en el futuro puedan encontrar una cura para mi cáncer y despertarme. Quiero tener esta oportunidad. Este es mi deseo. Creo que ser crio-conservada me da la oportunidad de ser curada y despertada -incluso dentro de cientos de años. No quiero ser enterrado bajo tierra".
Después de una larga batalla legal, el caso llegó al Tribunal Supremo, que determinó que la madre era la única persona autorizada para tomar decisiones acerca de su hija. Después de tomar la decisión, el magistrado visitó a la niña poco antes de su muerte el 17 de octubre, y dijo que "murió en paz sabiendo que sus restos serían congelados.
Un prodecimiento polémico
La criogenización ha sido un tema de debate entre científicos desde hace décadas, ya que nunca ha sido posible revivir con éxito a un ser humano congelado de esta manera.
El cuerpo de la menor llegó empaquetado en hielo seco, ocho días después de su muerte. El proceso comienza colocando el cuerpo en una cama de hielo y después se cubre con otra capa de hielo de hielo más espesa. Mediante un dispositivo llamado resucitador de corazón-pulmón se utiliza para obtener el bombeo de la sangre y se le inyecta medicación para evitar que las células se deterioren. Después de drenar la sangre y los fluidos corporales, se reemplazan con una solución "anticongelante", que evita la formación de cristales que puedan dañar a las células. En ese momento, se enfría el cuerpo 0,5 grados cada hora hasta una temperatura final de -196 grados, un proceso que se prolonga unas tres semanas después de iniciar el proceso.
La joven británica ya se encuentra en una cámara de almacenamiento en frío. Es el paciente 143. Dos cuerpos más han llegado al centro desde entonces. El paciente 144 es una mujer de 56 años, cuyo cuerpo llegó en un jet privado. El paciente 145 corresponde a una mujer 78 años, que fue congelado dentro de las dos horas posteriores a su muerte. Nadie puede ser criogenizado en vida porque la legislación no lo permite. Muchas de las personas que optan por esta solución deciden conservar todo su cuerpo, como en el caso de la adolescente británica, un proceso que no está al alcance de cualquiera porque los gastos superan los 175.000 euros. Otros, para abaratar el gasto congelan sólo su cerebro, a cambio de poco más de 70.000 euros, con la esperanza de que el el futuro puedan trasplantárselo a un nuevo cuerpo.
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