Barcelona

Un pacto suicida escrito hace cinco años

Antonia, esposa de Alfons y madre de Laura
Antonia, esposa de Alfons y madre de Lauralarazon

La pareja de Barcelona que disparó a su hija discapacitada y después acordó suicidarse imitó un caso similar ocurrido en 2010.

Un trágico suceso conmovió ayer la pequeña localidad de Les Cabanyes, en el término municipal de Pontons (Barcelona). Tras acabar con la vida de su hija Laura, de 28 años y con discapacidad mental y física, el matrimonio formado por Alfons F., de 61 años, y Antonia B., de 57, decidió suicidarse, dejando una nota de despedida en una furgoneta dirigida a su otro hijo, Guillem, que no vivía con ellos.

La nota dejó claro que la intención era acabar con las tres vidas. Los Mossos d’Esquadra fueron informados de los hechos poco antes de que se cometieran, la noche de jueves a viernes. Los tres fallecidos viajaron con una furgoneta a una zona apartada de una carretera, y allí acabaron con las tres vidas, seguramente de forma acordada, con una escopeta. Vivían desde hace 24 años en Les Cabanyes, que no llega a los 1.000 habitantes. Fuentes de los Mossos explicaron a este diario que sobre la medianoche del jueves la comisaría de Vilafranca del Penedès recibió una llamada de Alfons. El hombre les contó que tenía la intención de quitarse la vida junto a su mujer y su hija, e incluso indicó el sitio. Los agentes se dirigieron al lugar, donde hallaron los tres cuerpos tendidos en el suelo.

El padre, que era cazador, estaba jubilado tras su paso por el sector bancario, mientras que la madre aún trabajaba en el Hospital Comarcal de Vilafranca. Al parecer, según fuentes cercanas al caso, la principal hipótesis es que el hombre disparó primero a su hija, y luego a su mujer. Finalmente, se quitó la vida, ya que tenía la escopeta encima de su cuerpo.

El perfil de Alfons en una red social incluía una inquietante y solitaria referencia: el enlace a una noticia de un suceso muy similar, tanto por los hechos como por los propios protagonistas de la historia, ocurrido en la localidad gerundense de Serinyà en diciembre de 2010. Entonces, los Mossos investigaban el caso de un matrimonio de origen holandés de unos 70 años, los Van Arkel, que regentaban un negocio de turismo rural. Presuntamente, asesinaron a su hijo, que padecía autismo e iba en silla de ruedas, en su casa y con un arma blanca, aunque daba la impresión de que querían hacer pasar la muerte por un suicidio. Después, la pareja se arrojó a un río cercano, donde murió ahogada. El matrimonio dejó previamente notas en su casa en las que indicaban su intención de quitarse la vida. En definitiva, la pérdida de tres vidas que captaron la atención de Alfons y que ahora parece haber emulado.

Ahora, los Mossos tratan de averiguar si el matrimonio había contraído recientemente alguna enfermedad. En ese caso, se habrían quitado la vida, y la de su hija, para evitar que nadie tuviera que cargar con ellos. Cuando el hombre llamó a la Policía para avisar de su inminente suicidio, detalló exactamente el lugar en el que estaban, por lo que los investigadores creen que su intención era garantizarse que fueran los agentes quienes encontraran los cadáveres, y evitar así que ningún vecino afrontara este trance. El sitio estaba a media hora en coche desde la comisaría, y en un lugar muy apartado. Todo pareció muy bien calculado, preparado y premeditado.

El alcalde de Les Cabanyes, Francesc Olivella, decretó tres días de luto y suspendió cualquier acto previsto. Además, descartó un móvil económico como causa de la tragedia y explicó que los habitantes de esta pequeña población estaban «muy tocados» por estos hechos, teniendo en cuenta que la familia llevaba 25 años en el municipio y que estaban «muy integrados», por lo que nadie podía sospechar este desenlace. De hecho, la madre cerró la lista de CiU en las últimas elecciones municipales y, según el alcalde, estaba implicada en asuntos medioambientales. Por su parte, la hija, Laura, nació con una grave disminución psíquica y física, y vivía interna en un centro en Sitges, aunque pasaba los fines de semana con su familia.