Crimen de Asunta
Vázquez Taín: «Un asesinato preparado no suele salir bien»
José Antonio Vázquez Taín. El «rescatador» del Códice Calixtino volvió al calor de los focos con el «caso Asunta». El juez acaba de publicar el libro «Matar no es fácil», editado por Espasa
–«Matar no es fácil» y olvidar para un juez imposible, ¿no?
–Desde luego. Como juez cuando ves un delito se te queda grabado. Sobre todo por la víctima.
–De casos como el de Asunta es difícil que uno se olvide.
–No podré olvidar éste ni ningún otro. Los casos en los que hay menores implicados son más comunes de lo que se cree. Es muy frecuente que las parejas que se divorcien usen a los hijos como arma arrojadiza.
–¿El jurado popular dio argumentos para las 21 preguntas o hubo alguna que quedó un tanto coja?
–Si hubieran dejado una pregunta sin fundamentar el presidente lo hubiera devuelto. En el caso de Bretón se devolvió tres veces.
–¿Qué fallos se produjeron durante la investigación que casi tiran por tierra el caso (su incineración, toma de temperatura no instantánea en el cuerpo de la menor...)?
–Hay gente que sin estar dentro y sin ser técnico ha opinado que ha habido errores. Pero el grupo de homicidios de la Guardia Civil, los forenses y los toxicólogos han hecho un trabajo tan ejemplar que, por más que lo he revisado, no han cometido ni el más mínimo error.
–¿Con qué palabra describiría a Porto y con cuál a Basterra?
–Como juez únicamente puedo decir acusado y acusado.
–¿Y su actitud en el juicio?
–Responde un poco a la personalidad. Incluso puede responder a una estrategia de defensa, pero no soy quien para valorar la estrategia de un profesional.
–Dicen que si recurren, Alfonso, al ser juzgado por un jurado profesional, saldría libre. ¿Es así?
–No sé lo que va a pasar. Algunos compañeros no coinciden con eso. Hay que tener perspectiva. Hay miles de presos cumpliendo condena porque una huella suya se halló en el escenario del crimen. La gente ha opinado tanto que parece que si no se ha acreditado cada segundo es que algo salió mal. Y no es así.
–¿Cuál fue el móvil del crimen?
–Hay que dejar que el tiempo asiente el caso y haya sentencia firme.
–¿Qué cree que sabía la niña de sus padres para que la asesinaran?
–Son todo especulaciones.
–Pues un hecho, ¿por qué no se mandó declarar en el juicio al empresario amante de Rosario, que, en cambio, sí testificó?
–No tenía relación con los hechos. Yo tampoco le hubiera llamado a declarar. Estuvo el día anterior con Rosario, pero el día anterior no se juzga. Y el problema es que a los jurados populares se intenta desacreditar a la persona para crear una opinión preconcebida. Eso se hizo en el caso de María Dolores Vázquez y fue un error porque después el jurado profesional lo tumbó todo.
–¿Qué motiva a los asesinos?
–Los siete pecados capitales.
–¿Hay algo que les pueda frenar?
–Cuando nacemos somos animales. Nos gusta regalarnos el adjetivo de racionales. El hombre se convierte en racional cuando se forma. Sólo la educación y la preparación nos dan la base para poder frenar o controlar nuestros instintos primarios.
–La mayoría de los asesinos no están locos. ¿El énfasis en los problemas mentales de Porto responde a una estrategia?
–Hay que diferenciar los problemas psicológicos de los psiquiátricos. Cuando algo se llama trauma o síndrome es porque no hay una enfermedad. En este caso estaba clarísimo. No hay ningún informe al respecto que demostrase enajenación mental. Es estrategia.
–¿Todos llevamos un asesino potencial dentro?
–Llevamos impulsos dentro. La clave es hasta qué punto eres capaz de controlarlos. Los asesinatos que se premeditan, que se preparan no suelen salir bien. Aunque la mayoría de los que cumplen pena por delito de sangre es por homicidio.
–¿Se pilla antes a alguien que lo ha premeditado?
–Se pilla antes a alguien a quien se investiga inmediatamente porque las pruebas se borran enseguida.
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