Tecnología
Los estadios del futuro
Encuentros retransmitidos con hologramas y dispositivos de reconocimiento facial que proporcionan al usuario información del tráfico o la cola del baño. La tecnología convertirá los templos del fútbol en campos de ciencia ficción
Encuentros retransmitidos con hologramas y dispositivos de reconocimiento facial que proporcionan al usuario información del tráfico o la cola del baño. La tecnología convertirá los templos del fútbol en campos de ciencia ficción
Cada vez es más difícil sacarnos de la comodidad de nuestro salón y llevarnos a los estadios: la calidad de sonido e imagen, la capacidad de pausar la acción, de retroceder la acción y de reproducir «ad infinitum» las mejores jugadas al final suponen un obstáculo para decidir vivir los partidos en las gradas. Y encima a eso le sumamos evitar vecinos molestos, el tiempo perdido haciendo fila y la posibilidad de comer lo que queremos cuando queremos. La realidad es que los grandes estadios lo tienen complicado para tentarnos.
De hecho, un estudio de Cisco señala que el 57 por ciento de los fanáticos prefiere seguir el partido desde casa. A eso se suma la investigación del demógrafo deportivo Rich Luker, que sugiere que los millennials no visitarán los estadios. Aunque varían en función del deporte, en general las cifras han disminuido: de una asistencia del 20 por ciento al 50 entre los jóvenes de 12 a 17 años y entre los adultos de 18 a 34 años. Pero la tecnología quiere cambiar esto.
A la hora de diseñar el Levi’s Stadium, un recinto de 75.000 asientos que acogió la Super Bowl 2016, los responsables se centraron en un objetivo: mejorar la experiencia de los fanáticos. Pero antes de llegar al estadio. Gracias al «e-ticket» que llevan en el smartphone los espectadores reciben todo tipo de notificaciones. Desde si hay tráfico en ruta al estadio hasta si hay disturbios en una determinada puerta. También ofrece una salida alternativa e informa del puesto de comida que tiene menos cola. Así surgió la aplicación «FanFood», que no solo permite reservar comida en el estadio, sino recibirla en minutos en el asiento sin necesidad de llevar efectivo ni hacer colas. Con un simple click.
Otra mejora es la instalación de softwares de reconocimiento facial en los estadios. Ya no solo se trata de seguridad –que no siempre ha demostrado efectividad– sino de usar esta información para enviar a los espectadores datos vinculados a cuánto les llevará llegar a su asiento según su ubicación, el tiempo de demora en los baños o de espera en diferentes sectores. La tecnología incluso puede permitir que los fanáticos accedan a la transmisión en video de una cámara de seguridad. Así podrá, por ejemplo, encontrar a un familiar perdido. Es como Google Maps pero a gran potencia y actúa en localización y personas.
Y hay más. El reciente acuerdo de La Liga para jugar uno o más partidos en Estados Unidos es indicador de un hecho que no pasa desapercibido. De acuerdo con Ohad Gross, director de desarrollo de Intel Sports, apenas un uno por ciento de los fanáticos de la Liga Santander se encuentra en nuestro país. Llevar el fútbol a otros estadios es lógico. Y tecnológicamente es posible, aún a distancia. Actualmente son varios los estadios españoles que cuentan con la tecnología Intel 360 Replay que graba el encuentro en una visión 3D y repite las jugadas más impactantes o polémicas de un modo similar a algunas escenas de Matrix. Para conseguir esto, Intel ha instalado 38 cámaras de resolución 5K con zoom digital 6x que cubren todo el campo de juego. Las imágenes de cada cámara son procesadas de forma independiente para triangular la posición exacta de cada jugador, del árbitro y del balón.
Si hacemos caso a la Real Academia de la Lengua cuando dice que algo ridículo lo es «por su rareza o extravagancia y mueve o puede mover a risa», la tecnología necesaria para hacer esto posible es ridícula. Estamos hablando de unos 600 kilómetros de cables, más de 2.000 ejes analizados por segundo y una sincronización a la milésima de segundo y de metro para que todas las cámaras graben la misma imagen en el mismo momento.
Como en Matrix
¿Para qué sirve todo esto? Más allá del efecto Matrix, Intel está estudiando la cara B de esta tecnología: proyectar en un estadio las imágenes obtenidas en otro. Los jugadores serían imágenes holográficas y transmitidas en directo desde cualquier lugar del planeta. Así se podría ver en virtual y en directo cualquier partido sin sentirse visitante. Las ventajas de esta tecnología son varias. Primero, los estadios recibirían a los espectadores mucho más frecuentemente. Segundo, las instalaciones no sufrirán tanto debido a que todos serán «locales» y el césped no precisará cuidados posteriores. Por último, los espectadores se verán beneficiados por algo que hasta ahora era impensable: los jugadores repetirán los lances más interesantes. Serán hologramas, no habrá problema.
A todo esto se unirá SmarterTV, la televisión más inteligente. Se trata de un desarrollo de Elad Hollander que en apariencia es muy sencillo. Esta tecnología aprovecha la constante presencia en estadios de pantallas táctiles –desde smartphones hasta tabletas– para superponer una capa extra a la transmisión en streaming del partido. ¿Qué quiere decir ? Muy sencillo: quienes quieran ver partes del encuentro directamente desde su móvil, aún en el estadio, podrán tocar la pantalla y recibir información del jugador elegido –distancia recorrida, pases efectivos, goles– y hasta retroceder o ampliar para ver más detalles.
Habrá que tener mucha batería, pero esto también lo tendrán en cuenta los estadios del futuro. La respuesta es «Wi-Charge», un transmisor de energía inalámbrico seguro que permitirá a los clientes cargar sus dispositivos con radiación infrarroja. Por extraño que parezca, el sistema de rayos láser en frecuencias de infrarrojo logra alcances y potencias superiores a los estándares actuales: un transmisor puede cubrir un área de hasta 50 metros cuadrados. Esta tecnología se puede instalar en grandes espacios abiertos y con espejos se podrá distribuir la señal de un modo mucho más eficaz.
No es solo que podremos llevar nuestros teléfonos a los estadios del futuro, sino que deberíamos. Sobre todo si queremos ser partícipes de la acción. Todos hemos visto cómo en algunos estadios dejan hojas con dibujos en los asientos para que los espectadores las alcen y formen un tapiz gigante. Pues hay una empresa que hace exactamente lo mismo con nuestros móviles. LiteCube ha creado una tecnología que detecta y mapea la ubicación exacta de un teléfono, sin ningún tipo de guía o instrumentos externos. Todos los que descarguen el programa –que puede formar parte de la aplicación oficial de un club, por ejemplo– formarán parte de una red de comunicación que creará un «lienzo» digital aprovechando las miles de pantallas. Con ellos se pueden crear imágenes vivas, similares a los televisores apilados uno encima del otro que proyectan una imagen única de mayor tamaño. La diferencia es que cada móvil actuaría como un píxel y la imagen o vídeo podría dar la vuelta a todo el estadio. También se podría utilizar la linterna del móvil para crear otros efectos. La tecnología LiteCube no precisa usar nuestros datos personales ni de conectividad para generar la imagen y los requisitos de uso que están aprobados por las nuevas normas de seguridad y privacidad vigentes en Europa.
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