Nadal mete a España en cuartos de la Davis

Rafa Nadal saca al patriota que la gente lleva dentro. Que si «modelo a seguir», que si «referente», que si «humano perfecto», incluso, le dicen. Despierta pasiones y en el tenis no hay torneo con más pasión que la Copa Davis. La mezcla de ambos es explosiva, aunque en realidad el balear escucha piropos parecidos cuando en la Caja Mágica se disputa el Mutua Madrid Open, y casi en cualquier torneo del mundo. Ante Croacia, en la pista Manolo Santana, su triunfo ante Gojo (6-4 y 6-3), unido al previo de Bautista ante Mektic (6-1 y 6-3), dio la clasificación al equipo de Bruguera para los cuartos de final, con un rival todavía por determinar porque se enfrentará a uno de los dos mejores segundos de grupo, y todavía quedan eliminatorias por disputarse el jueves. En medio de la euforia y entre punto y punto se escuchó varias veces el «¡Viva España!», que en un momento dado se cambió por un «¡Viva Nadal!». ¿No es, en realidad, lo mismo? Para muchos, sí.

Y es que los Nadal, en general, caen bien. Antes de que empezara el partido de Rafa, en los monitores de la pista central enfocaron a su tío y ex entrenador Toni, y la ovación fue sonada. Con él hizo gran parte de su carrera y él modeló en mucha medida al chico que se ha convertido en el adulto que es Nadal, y que tan admirado es. Aunque al tío Toni le cueste reconocerlo, a veces fue duro con su sobrino, pero pensaba que ese era el camino, y el tiempo le ha dado la razón. El rival que se encontró el zurdo en pista no fue el esperado, ya que Coric, el croata más importante una vez que Cilic no acudió a Madrid por lesión, también se cayó del equipo en esta segunda jornada. Un bomba más en la guerra civil que ha sido el equipo balcánico desde el principio, sin su estrella en el grupo y con su entrenador destituido. Gojo es el 280 del mundo y Nadal es el uno. Poco más queda por decir, aunque la primera ruptura del manacorense tardó en llegar. Hasta el noveno juego no encontró el break, aunque antes había tenido oportunidades. Su rival, en ese estado de «tampoco tengo nada que perder» se estaba soltando y tiró un par de estacazos que sorprendieron al español. No hubo peligro en ningún momento para él. Pese a que sigue sin ofrecer su mejor versión, es un seguro. Con uno de sus golpes en carrera cuando todo parece perdido, o con su derecha cuando está bien metido en pista y suelta la raqueta hacia delante, levanta al público de los asientos. Da igual que cometa algún fallo que otro de más. La actitud la pone siempre y tenis le sobra aunque no esté al ciento por ciento. En el segundo set la brecha llegó pronto, porque a la primera consiguió imponerse al saque de Gojo y ya fue todo rodado, aunque también con algún trompicón. Sergi Bruguera apenas tuvo que intervenir, en una de esas jornadas cómodas, dentro de lo que cabe, para él.