Caer en gracia

Undécima de abono. Se lidiaron toros de Fermín Bohórquez, bien presentados y manejables. Dos tercios de entrada. Andy Cartagena, dos pinchazos, rejonazo (silencio); rejón (dos orejas); rejonazo (ovación). Diego Ventura, dos pinchazos, rejonazo, descabello, pie a tierra (ovación); rejón contrario (dos orejas); rejón (dos orejas).

Si nos atenemos a los números, Diego Ventura fue el ganador claro del mano a mano que mantuvo con Andy Cartagena en la ya tradicional matinal de rejones del día de San José. Pero si se rasca un poco, la actuación de Ventura se revela efectista y siempre de cara al público.

Con una corrida muy a modo de Fermín Bohórquez, noble y colaboradora en todo momento, Diego Ventura estuvo bastante irregular e intermitente. Dio mucha fiesta, eso sí, conectó enseguida con el tendido, pero tuvo numerosos desajustes, clavó de manera desigual y se dejó alcanzar en bastantes ocasiones, aunque esto lo vendió como proeza.

Mucho más acertado estuvo Andy Cartagena, que, perdió al menos una oreja de su primero al matar mal y otra del quinto porque el astado se amorcilló y tardó mucho en doblar, enfriando los ánimos de la concurrencia. Cuando acertó con el rejón de muerte, las dos orejas de su oponente fueron a sus manos. El de Benidorm paró con muchísimo temple y serenidad a sus tres toros y en banderillas estuvo tan ortodoxo, citando de frente y clavando al estribo y arriba, como espectacular, con sus ya clásicos quiebros inverosímiles en la cara del astado y sus muy celebradas cabriolas y levadas.