«Después de ‘Dalia’, la exigencia se convierte este año en presión»

Ha convertido casi en rutina algo complicadísimo. Los toros de Victoriano del Río han propiciado 8 Puertas Grandes en la última década y la cifra va en aumento cada año. Manzanares y «Dalia» protagonizaron la última. Hace un año. Por todo ello, el ganadero madrileño es consciente de que «la exigencia también se multiplica cada año». «Este año, después esa faena triunfal del año pasado, más que exigencia, es ya presión y de la buena», comenta.

«Ese ‘’Dalia’’ fue el toro que había soñado durante toda mi vida, reunió todas las cualidades, rozó la excelencia por su bravura y se encontró también con la excelencia de un torero como José Mari que supo sacarla a relucir, porque era muy complicado de torear, era muy encastado y tuvo una fiereza en la muleta que había que resistir cada embestida para, junto con el público, formar esa simbiósis tan especial que formaron», recuerda orgulloso. Un hito más en Madrid para su ganadería. Otro que sumar «a la tarde de cuatro orejas de José Tomás, la faena de El Juli a ‘’Cantapájaros’’, la despedida de Esplá con ‘’Beato’’, aquella tarde de Perera, Talavante tuvo varias... Pero es que recuerdo otras cuatro más que las orejas estaban cortadas a mitad de faena, pero al final no hubo suerte con la espada, así que estoy muy muy satisfecho de mi historia con Las Ventas».

Para escribir una nueva página, el ganadero tiene apartados en el campo «ocho toros que responden plenamente a esa expresión propia del toro Victoriano del Río». «Es la quinta generación que ya se ha criado por completo en casa, así que ya pienso que es un toro muy homogeneizado, el fenotipo es totalmente nuestro, viene abierta de sementales, proceden de cinco distintos y, aunque suene a tópico es una corrida para Madrid, seria, fuerte, pero bien hecha, en el tipo idóneo para embestir», concluye.