Ferias taurinas
Dos orejas para Castella en su encerrona con "adolfos"en Nimes
El diestro francés Sebastián Castella saldó con dos orejas la tarde en la que se encerró en solitario con seis toros de la ganadería de Adolfo Martín, en el que era el cartel estrella de la feria de la Vendimia de Nimes.
Seis toros de Adolfo Martín, bien presentados, encastados en conjunto, a excepción del manso y difícil sexto, y de variado comportamiento. Los más toreables, segundo y quinto.
El balance artístico de Sebastián Castella, que actuó como único espada, fue el siguiente: silencio, oreja, ovación, ovación tras aviso, oreja tras aviso y silencio.
El coso de Las Arenas de Nimes registró más de tres cuartos de entrada en los tendidos.
Era el día clave de la temporada de Sebastián Castella. Seis toros de Adolfo Martín para meterse entre pecho y espalda en la arena del coliseo de Nimes. La campaña mediática llevada magníficamente a cabo por su equipo de comunicación funcionó a las mil maravillas, haciendo que todas las miradas de este sábado taurina estuvieran concentradas en la gesta del torero de Beziers.
Luego la tarde se resolvió con dos solitarias orejas, a un solo paso de abrir la Puerta de los Cónsules (se necesitan tres para dicho honor) por culpa, sobre todo, de su mala espada. Pero más allá de los trofeos lo importante fue la imagen de responsabilidad y entrega de un torero enfrentándose a seis cárdenos de muy distinto comportamiento.
Sin fuerzas y a menos fue su primero, con el que quedó prácticamente inédito. No empezaba bien la tarde. Pero el segundo, en cambio, sí se prestó y con él se vio al Castella de las grandes tardes, muy sereno y templado en una labor de altas cotas. Le faltó contundencia con los aceros, pero no fue óbice para que cortara una oreja.
El tercero tuvo mucho que torear y Castella porfió con él en una labor firme y sincera, malograda en la suerte suprema. Idéntico guión de su faena al cuarto.
El quinto fue el otro toro de opciones del sexteto con el que el torero francés anduvo sobrado en una templada y fácil labor argumentada principalmente en el toreo a derechas. Aquí logró Castella la segunda y, a la postre, última oreja de su encerrona.
Pues el que cerró plaza fue el típico "adolfo"de aviesas intenciones, mansurrón y difícil, un toro que no se mereció Castella para cerrar su tarde en solitario. Efe
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