Francia

Francia reivindica en Arles su fervor por la Tauromaquia

Cerca de diez mil aficionados galos defendieron en el Coliseo Romano su derecho a presenciar corridas de toros

Los aledaños al Coliseo Romano de Arles, atestados de aficionados franceses taurinos
Los aledaños al Coliseo Romano de Arles, atestados de aficionados franceses taurinoslarazon

Un éxito ejemplar. La afición francesa respondió con un gancho directo al mentón de los antitaurinos después de un invierno convulso y agitado en el que sus amenazas y actos vandálicos se habían recrudecido de manera peligrosa por su violencia. Ayer, el público galo tomó la palabra y silenció a sus detractores por la vía pacífica. Sin un sólo enfrentamiento. Bajo el lema «La Tauromaquia, un patrimonio cultural francés», casi diez mil personas se plantaron delante del coqueto Coliseo Romano de Arles, minutos antes del cartel estrella de su Feria de Pascua, para proclamar su amor y devoción por la Fiesta de los toros.

Por encima de todo, una perenne reivindicación: la defensa de su derecho para elegir, para ir libremente a las plazas de toros sin prohibiciones ni coacciones. La Fiesta fue un ídem, lleno de armónico colorido y excelente ambiente. Luego, el rotundo triunfo de José María Manzanares, que cortó cuatro orejas, hizo que la celebración fuera redonda. También se sumó el torero local, Juan Bautista, que paseó otro trofeo. El Juli, con el peor lote, no tuvo opción alguna.

Entre los presentes, además de aficionados y un buen puñado de profesionales del mundo del toro galos, el matador de toros Alejandro Talavante. También hubo una nutrida representación política que incluso no dudó en entonar los acordes del himno nacional «La Marsellesa» para exigir respeto para la Tauromaquia, cada vez más arraigada en el sur de Francia.

En lo estrictamente taurino, en la tercera de la Feria de Pascua de Arles (Francia), se lidiaron toros de Domingo Hernández, de correcta presentación aunque de diferentes hechuras, manejables, aunque sin entrega ni clase en la muleta, fueron a menos. El Juli, silencio en ambos; Juan Bautista, oreja tras aviso y silencio tras dos avisos; y José María Manzanares, dos orejas en su lote. Lleno en los tendidos.