Bogotá
Gesto solidario y ovación con saludos para Viriato en Madrid
Triunfal colofón de la Feria de Begoña con Ponce, El Juli y Perera a hombros
El colombiano Juan Viriato, que hizo el paseíllo con la bandera de su país por los novilleros en huelga de hambre en Bogotá, saludó una ovación a la muerte del quinto y otra más recogió José Antonio Carreiro en la novillada celebrada ayer en la plaza de toros de Las Ventas, donde la divisa de Manuel Caro Andrade tomó antigüedad lidiando un encierro encastado.
En Las Ventas (Madrid), se corrieron novillos de Manuel Caro Andrade, bien presentados y encastados. Fran Gómez, silencio en su lote; Juan Viriato, silencio y saludos tras aviso; y José Antonio Carreiro, silencio y saludos. Un cuarto de entrada.
En El Bibio (Gijón), última de la Feria de Begoña, con toros de Domingo Hernández, muy desiguales de presentación y de buen juego. Destacaron 2º y 4º. Enrique Ponce, ovación con saludos tras aviso y dos orejas tras aviso; El Juli, dos orejas y oreja; y Miguel Ángel Perera, palmas y dos orejas. Casi dos tercios de entrada.
En la plaza de toros de La Malagueta, primera de la Feria de Agosto, en la que se corrieron novillos de Fuente Rey, bien presentados. Fernando Rey, saludos tras aviso y silencio tras dos avisos; Ginés Marín, saludos tras aviso en ambos; y Joaquín Galdós, que debutó con picadores, vuelta al ruedo y oreja. Casi tres cuartos de entrada.
En la plaza de toros de Dax (Francia), última de feria, en la que se lidiaron astados de José Escolar, el 3º como sobrero, bien presentados, serios y entipados. Los mejores, 2º y 4º, muy bueno, ovacionado con fuerza en el arrastre. Rafaelillo, saludos y vuelta al ruedo tras dos avisos; Fernando Robleño, oreja en ambos; y Thomas Dufau, silencio y palmas tras aviso. Lleno de «No hay billetes».
En El Puerto de Santa María (Cádiz), se corrieron astados de Fuente Ymbro, de buena presentación y bien armados. De juego variado, destacaron los sorteados en 2º, 4º y 5º lugar. Juan José Padilla, silencio tras aviso y oreja; Antonio Ferrera, oreja y vuelta al ruedo tras petición y aviso; y El Cid, silencio en ambos. Un cuarto de entrada.
✕
Accede a tu cuenta para comentar
