Toros
Juan Carlos Benítez: «Quiero que Madrid vea mi toreo y que quiero ser torero»
Malagueño de nacimiento, es la historia de Juan Carlos Benítez la de un novillero con una idea clara, ser figura del toreo. Para ello, al igual que se ha hecho toda la vida, recorre las tapias de los tentaderos en busca de algún muletazo que confirme a su cabeza lo que su corazón siente: vivir en torero. Cuando se enteró de la noticia de que estaba acartelado en Madrid, no lo dudó «cogí mis trastos y una maleta rumbo de Sevilla, ya que esta muy difícil torear en mi provincia».
«Nunca dejo de entrenar pero la mejor preparación de un torero es estar metido en el toro y en el campo. En Málaga desgraciadamente no tenemos la suerte de tener fincas de ganado bravo, con lo cual llevo un mes en Sevilla buscando las tapias para poder pegar alguna tanda después de los matadores; además de ello, me preparo físicamente todos los días, toreo de salón y algún que tentadero de invitado» concluye.
Comienza una nueva temporada como novillero con caballos, quién sabe si la última, y lo hace en Las Ventas. «Madrid es el compromiso más importante de mi carrera como novillero con picadores, por no decir el más importante de mi vida. Llevo esperando este día con muchas ganas e ilusión durante mucho tiempo y ahora que estoy anunciado lo estoy disfrutando desde que me lo comunicaron» comenta.
Una treintena de novilladas con los del castoreño en las que ha hecho frente a todo tipo de encastes y ha probado las dos caras de la tauromaquia, como la oreja que cortó en 2017 en La Malagueta o la cornada que un novillo de Monteviejo le infirió en Blanca (Murcia).
Con una afición surgida en una infancia donde recuerda que le marcó un mano a mano entre Manuel Benítez "El Cordobés"y Jesulín de Ubrique en su Fuengirola natal, «allí no cabía un alfiler. La manera de torear del maestro Manuel Benítez me llego al alma» relata.
Juan Carlos fue creciendo y se inscribió en la Escuela Taurina de Málaga, «llegué con Antonio José Pavón Galán, sobrino de los maestros y amigo de la familia, y me puse en manos del maestro Fernando Cámara, que siempre me trató muy bien y con el que me sentí muy acogido al igual que con todos mis compañeros y del director de la escuela Óscar Plaza» recuerda.
Otra de las personas que han marcado fuertemente a este novillero malagueño es José Manuel Urdiales (subalterno y persona de confianza durante 15 años de Javier Conde) quien «siempre ha estado para lo bueno y lo malo, el que nunca dudó que puedo llegar lejos» inculcándole educación taurina.
Ahora llega llega Madrid, y sobre qué se puede encontrar es claro, «como torero soy tal cual soy como persona, me gustaría que me fueran conociendo en las plazas y en la calle»
Quiere convertirse en torero y no solamente pisar las ferias, sino hacerse un imprescindible en ellas para «poder hacer lo que siempre he soñado, vivir en torero».
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