Toros
La escalada de agosto con el vacío de Roca Rey
El diestro ha regresado de Estados Unidos y se recupera en Sevilla de la lesión de las vértebras C6-7 con la vista puesta en Ronda
El diestro ha regresado de Estados Unidos y se recupera en Sevilla de la lesión de las vértebras C6-7 con la vista puesta en Ronda
Galopa ya el mes de agosto, entre playas, cañas y mojitos, la temporada taurina vuelve a colocarse en la posición de salida tras la celebración de un buen puñado de ferias antes de acabar este mes de julio, a la vuelta del sofoco de los Sanfermines. Agosto dispara cada año con fuerza. Es la escalada hacia San Sebastián que corona en Bilbao para cruzarse de noche la península de camino a Málaga. La preciosa Malagueta que este año estrena reforma. Con el vacío de José Tomás, que estuvo a punto de cerrar su regreso a la Semana Grande de San Sebastián, y la acusada baja del torero Andrés Roca Rey, la última renovación del escalafón y el torero que ha refrescado la tauromaquia con un tirón importante en taquilla y de la gente joven el mes de agosto se queda tocado.
El pasado 21 de julio, finalizada ya la Feria de Pamplona, donde fue baja Andrés Roca Rey su segunda tarde y donde se le pudo ver mermado de facultades a la hora de entrar a matar, viajó a Estados Unidos, a Nueva York con el fin de tener una segunda opinión y valorar una manera de acelerar su recuperación. En esa lesión en la espalda, una hernia cervical en las vértebras C6-7 que le está afectando también a su hombro derecho. De vuelta de su incursión en el Hospital For Special Surgery estadounidense, el diestro se recupera en su casa de Sevilla con un protocolo de descanso y trabajo de fisioterapia, a pesar de que nadie se atreve a dar con los tiempos de su puesta a punto, el entorno del torero apunta al 31 de agosto, la bella plaza de Ronda en el mano a mano de Morante como la fecha que tiene el torero en la cabeza. De ahí que el diestro, que comenzó anunciando su baja progresiva de determinados carteles, decidiera cortar temporalmente la temporada hasta restablecerse de manera íntegra. Su ausencia, notoria, deja descabezado este relevante mes de agosto poblado de algunas de las ferias más relevantes de la temporada como son San Sebastián, Málaga y por supuesto Bilbao, con el toro y la seriedad de la feria del norte.
Cayetano, en esta temporada rara al final, se está alzando como sustituto en gran parte de las plazas donde el diestro ha dejado el vacío, ya sea por las condiciones de los pliegos o por el temor de los empresarios al desplome en taquilla.
La temporada que arrasó en Sevilla, por éxito en taquilla, pero mucho más por el éxito artístico de todo lo que se vivió, y la sorprendente Feria de San Isidro ha ido dejando un surco según han pasado los días, meses ya. Pablo Aguado que revolucionó la Maestranza, y también Madrid, se mantiene entre las ilusiones del año y el retorno de Román, en su Valencia natal por Julio después de aquella espantosa cornada en San Isidro que conmocionó a todos, reconcilia con la temporada.
A Urdiales se le espera. En su norte. Donde cada año defendió lo indefendible con el agua al cuello, la temporada en la que El Cid dice adiós y se despedirá también de aquella plaza de Vista Alegre donde dejó un solo para la historia. Historias del toreo. Como ese sorprendente corte de coleta de Varea hace pocos días en Valencia. ¡Lo que habrá detrás! Y mientras el mundo gira, el de las grandes ferias, donde dicen que está el caché y la posibilidad de amortizar los triunfos, la piel de toro no para. España acoge en estas fechas al calor de las fiestas de cada localidad miles de festejos, capeas, vacas, y corridas de toros que nublarían el pensamiento y el valor a la mayoría. Es el caso de Cenicientos. La mítica feria de Cenicientos. Una plaza pequeña con toros descomunales en pleno mes de agosto, a mediados, donde se la juegan los valientes capaces de anunciarse, por ahí Tomás Campos (y aquel alarde de valor hasta convertirlo en desprecio a la vida en Madrid, en San Isidro, cuando sus toros no le abrían las puertas del éxito). Agosto no para. Bulle. Los coches de cuadrillas cruzan España de norte a sur y los miedos se agolpan como las cervezas en los chiringuitos de playa. La vida está llena de contrapuntos. E incertidumbre.
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