"La sentencia de la Corte Constitucional nos ha devuelto la vida"

«Es un paso muy importante, un pilar hacia la libertad y el sentido común para que los bogotanos puedan elegir si quieren ir a ver toros en su ciudad, ahora esta sentencia nos ha devuelto la vida». Habla Andrés Manrique, novillero colombiano que como otros cinco compañeros -en total son 14 los que se han ido uniendo al plante sin ingerir alimentos- han pasado el último mes a las puertas del coqueto coso de La Santamaría en Bogotá para reivindicar el toreo a la espera de una resolución de la Corte Constitucional. Ayer llegó el ansiado maná. Un fallo positivo que deja bien claro que el último organismo al que recurrir en el país cafetero «encontró que no existe una norma legal que imponga la prohibición general de los espectáculos taurinos», tal y como había auspiciado el alcalde de la capital Gustavo Petro.

Según el fallo de la Corte, el primer edil y las autoridades bogotanas deberán «restituir de manera inmediata la plaza de La Santamaría como plaza de toros permanente para la realización de espectáculos taurinos y la preservación de la cultura taurina, sin prejuicio de otras destinaciones culturales y recreativas que alteren su destinación principal», advierte la sentencia tras el amparo presentado por la Corporación Taurina, con Felipe Negret como cabeza visible.

«Esta resolución no es un triunfo de una empresa, ni de un torero, es un triunfo de la justicia, un triunfo de la libertad, por ello pedimos a Petro respeto para que se doblegue a la máxima y última instancia de los tribunales del país», comentó el propio Negret en rueda de prensa poco después de las 11 de la mañana, horario colombiano.

Sin embargo, Petro mostró nuevamente horas después sus intenciones. A pesar de acatar, a través de la redes sociales, la decisión de la Corte Constitucional dejó claro que plantará batalla al mundo del toro al que definió de «codicioso e irresponsable». En este sentido, advirtió que la dejadez de los dos últimos años en los que no ha habido actividad taurina ha provocado «daños estructurales en el inmueble, por lo que no puede albergar ningún tipo de espectáculo». Una nueva estratagema para la que la Corporación Taurina ya ha encargado un estudio a la Sociedad Colombiana de Ingenieros para que confronte la realidad con el informe realizado desde el propio Ayuntamiento bogotano.

«Desconfíamos de Petro, por eso hasta que no veamos la primera corrida de toros anunciada en La Santamaría, seguiremos en huelga de hambre, porque hemos ganado una batalla, pero no la guerra, es un paso enorme y, aún sin haber ingerido alimento alguno, hasta nuestro rostro tiene otra expresión», comenta el novillero Manrique, al que han tenido que inyectarle suero intravenoso hasta en tres ocasiones. «Está siendo un infierno, algo muy duro por el frío y las penurías, pero también a la vez una experiencia vital muy especial», concluye.

No en vano, la sentencia de la Corte, aplaudida por figuras del toreo como El Juli, Luis Bolívar o Sebastián Castella, tiene las máximas garantías fiscales y deberá ser acatada por Petro, ya que de lo contrario se expone a un incidente de desacato, para lo que la Corporación ya ha amplido las denuncias penales, de manera que si existe un fallo favorable a un recurso de amparo y la autoridad no la cumple, Petro será sancionado con penas que incluso podrían incluir la pena de cárcel.