Toros
La vida sigue igual
Como decía uno de nuestros iconos pop de la España del último medio siglo, Julio Iglesias, «la vida sigue igual». Han pasado muchas cosas, décadas de idas y venidas, en la capital donostiarra y la vida sigue igual. Ya quedan en blanco y negro los años de Chofre, las tardes de Antonio Ordóñez y la consideración auténtica de San Sebastián como plaza de primera. Actores, políticos, los próferes del franquismo, Charlie Chaplin, y todo el elenco de quienes se sentaron en los escaños del antiguo coso. Hoy es Illumbe, acorde a los tiempos actuales, un espacio multiusos donde hay más baloncesto que pitones durante el año, cómodo, con buena luz y con el ambiente tibio de lo que se cuece en la España del XXI.
La Semana Grande 2016 es afortunadamente una feria más. Marcada como fecha grande por el paseíllo del histórico José Tomás. Auténtico vendaval en las taquillas y en los hoteles que consigue que los carteles de la feria taurina donde se anuncia adquieran un brillo especial. Pero en realidad es una buena feria más de las muchas que, a dios gracias, se siguen programando cada verano en Francia y en España. Buenos hierros ganaderos, un ramillete de figuras salvo Morante de la Puebla, metido en su corta campaña de este año, y una afición que viaja como toda la vida.
La casa Chopera, cuestionada en otros cosos por erráticas programaciones, ha conseguido abrochar un cuarteto de festejos redondo y muy atractivo sobre el papel. Luego pasará lo que pase. Pero todo en el ámbito exclusivamente taurino, para que lo valore el aficionado y sea disfrutado o sufrido por la parroquia. Ya no hay sombra de ese lapso de silencio que el ayuntamiento donostiarra de Bildu había impuesto para los toros en la ciudad. Mucha normalidad institucional, la propia de un ejecutivo de instituciones vascas que hoy parecen transitar por el sentido común y la convivencia, y sólo cuatro días de fiesta. Esa que llena los restaurantes, también da color a lo viejo en San Sebastián y mucha alegría a una Semana Grande que sin toros se mueve entre el bostezo y el fuego artificial.
Toros en San Sebastián. Un año más. Seguramente la serie de muchos otros si las consultas populares que los jueces han declarado ilegales no ven la luz. La mejor respuesta será el éxito en la plaza, color taurómaco en la ciudad y confiar en que después de las pancartas políticas de quita y pon, la vida siga igual.
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