Toros

Colombia

Los toreros de Bogotá, en huelga de hambre por su plaza

Los ocho novilleros, en las puertas de la plaza de toros de Bogotá
Los ocho novilleros, en las puertas de la plaza de toros de Bogotálarazon

La profesión de torero es una de las más difíciles del mundo. Llegar a ser figura, casi imposible. El toro, las circunstancias, la suerte y la propia valía del diestro suponen factores más que suficientes para torpedear un camino plagado de baches. En Bogotá, ocho jóvenes novilleros iniciaron el 5 de este mes una huelga de hambre indefinida a las puertas de la plaza de toros de La Santamaría hartos de las decisiones antitaurinas del alcalde local, Gustavo Petro.

En el año 2012, el alcalde sacó un decreto para prohibir las corridas de toros en el coso de la capital cafetera con el argumento de que la alcaldía no iba a prestar ningún escenario para espectáculos que giraran en torno a la muerte, tal y como explicó el abogado y aficionado taurino Santiago García. Sin embargo, esta decisión choca de frente con las leyes nacionales. En Colombia hay una ley que califica la Fiesta de los toros Patrimonio Cultural e Inmaterial nacional. Además, el Tribunal Constitucional declaró que los recintos construidos para la celebración de corridas de toros tienen que mantener ese uso y ninguna autoridad distinta al Congreso puede prohibir los festejos taurinos. No obstante, los toreros y la empresa gestora de La Santamaría presentaron un derecho de amparo al Tribunal Constitucional y está pendiente de fallo.

El alcalde, anticipándose a la posible sentencia positiva hacia los toros, anunció hace dos meses ante los medios de comunicación un «reforzamiento estructural del coso bogotano». Detrás de estas palabras se encondía el levantamiento de columnas de reforzamiento en los chiqueros y la puerta de toriles, así como el derrumbe de los corrales para instalar un escenario cuya finalidad serían los conciertos. Ni más ni menos que la inhabilitación de la plaza para la celebración de corridas de toros.

Ante esta situación, los ocho jóvenes de la Escuela de Bogotá decidieron tomar la medida descrita. El Festival de Verano de La Santamaría era su mejor escaparate de cara a las grandes ferias de Medellín, Manizales y Cali que tienen lugar a finales de año. Al día siguiente de su huelga, el alcalde en funciones (Gustavo Petro está de vacaciones) declaró ante los medios de comunicación que «mientras Petro fuera alcalde, en Bogotá no habría toros».

Andrés Castillo, uno de los novilleros en huelga de hambre, explicó a este medio que «el objetivo es que se cumpla la ley, se abra la plaza de toros y se respete nuestro derecho al trabajo y libertad de expresión». Mientras reciben muestras de apoyo de Colombia, Perú, México y España, ven cómo las autoridades no atienden sus necesidades. «Antes venían todos los días los médicos para medir nuestros signos vitales, pero ayer llamamos a emergencias porque dos compañeros tenían fiebre, uno de ellos taquicardias, y nos respondieron que no podían atender a todos porque era muy tarde», apuntó el novillero. Ellos seguirán su lucha porque «no es el momento de culpar a nadie sino de estar más unidos que nunca».