Toros

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Palma se despide con un triunfo

Talavante cortó dos orejas en la que provisionalmente fue la última corrida de toros programada en las Islas Baleares

Alejandro Talavante entrando a matar en el coso balear en el último festejo en el que se podrá ver allí. A la derecha, Cayetano brinda su primer toro a la Infanta Elena.
Alejandro Talavante entrando a matar en el coso balear en el último festejo en el que se podrá ver allí. A la derecha, Cayetano brinda su primer toro a la Infanta Elena.larazon

Talavante cortó dos orejas en la que provisionalmente fue la última corrida de toros programada en las Islas Baleares.

Palma de Mallorca (Baleares)

► Toros de Núñez de Tarifa.

► Rivera Ordoñez «Paquirri»: saludos y silencio.

► Alejandro Talavante: silencio y dos orejas.

► Cayetano: silencio y oreja.

Anoche se celebró la que hasta día de hoy parece ser la última corrida de toros que se celebrará en territorio balear, a la espera de que la Abogacía del Estado recurra ante el Tribunal Constitucional la reciente ley aprobada en el Parlamento de Baleares gracias a los apoyos PSIB-PSOE, Podemos y los econacionalistas MÈS, y que ha sido bautizada como «toros a la balear».

En una noche en la que más de 7.000 personas calentaron el coso mallorquín coreando ¡libertad!, ¡libertad!, destacó la presencia de la Infanta Elena, una fiel defensora de la fiesta de los toros que, una vez más, acompañada de sus dos hijos, quiso mostrar su apoyo incondicional a la tauromaquia. La terna, que dio un provisional hasta pronto, que no un adiós, a la fiesta en el coso balear, el cual ha mostrado una buena entrada en cada festejo que se ha celebrado en él, estuvo formada por Rivera Ordóñez «Paquirri», Alejandro Talavante y Cayetano, que lidiaron toros de Núñez de Tarifa.

Rivera Ordóñez, que sí que se despedía de la plaza con un adiós definitivo, ya que se retirará de los ruedos al concluir esta temporada, recibió una cariñosa ovación antes de salir el primer toro al ruedo. Recibió saludos y silencio en el que brindó a la Infanta Elena. Nada pudo hacer Talavante con el segundo, y con todo saldría en el quinto, al que cortó las dos orejas. Cayetano brindó el tercero a la Infanta Elena, aunque después su faena fue silenciada, pero pudo llevarse un trofeo del último toro. A partir de ahora, la Federación de Tauromaquia de las islas seguirá luchando por los intereses de toda su afición, mientras espera a que el TC, al menos, congele temporalmente la aplicación de esta regulación, hasta que se tome una decisión definitiva. Al mismo tiempo, el propio Ministerio de Cultura también ha querido mover ficha, cuestionando hasta un total de 9 de los 14 artículos que componen dicha ley, ya que irían en contra de la Constitución. Además, desde el mismo ministerio se recuerda que este tipo de regulaciones son competencia exclusiva del Gobierno central. Esta adulterada versión de la tauromaquia prohíbe la sangre y la muerte del toro en el ruedo, terminando así con la esencia fundamental de la lidia. De esa forma, no se podrá utilizar banderillas, ni estoques, ni puyas, únicamente los toreros podrán hacer uso del capote y la muleta. Sin embargo, al no haber sido publicada todavía esa ley en el Boletín Oficial de las Islas Baleares (BOIB), todos aquellos festejos contratados y registrados oficialmente, como el de ayer, aún podrían ser celebrados. De llevarse a cabo esta regulación haría un daño casi irreparable a la fiesta en la superficie balear, ya que además de censurar la muerte y la sangre del animal bravo, se prohibiría la entrada a los menores de 18 años, asegurándose así que no haya una futura afición a la tauromaquia, se obligará a que toreros y animales pasen un control antidopaje previo, se lidiarán sólo tres toros y los espectáculos tendrían una duración máxima de 10 minutos, quedando reducida la tradicional corrida de toros a un evento casi irreconocible.