Feria de San Isidro
Respeto animal, pero no para el humano
La brutal verdad de la Fiesta se hizo presente el martes en el ruedo de Las Ventas. Tres valientes toreros, tres profesionales que ejercen una actividad absolutamente legal –reconocida por la Constitución– con valores éticos y culturales holgadamente demostrados, pero, sobre todo, tres seres humanos. Heridos los tres, sin trampa ni cartón, sin pitones de fogueo. Esa danza del toro y el torero al filo de la vida y la muerte. Sin embustes. Los tres terminaron en el hule, en la camilla de una enfermería. Sin embargo, en las redes sociales, se aprovechó el dolor ajeno para el regocijo propio.
Por supuesto, desde la seguridad del anonimato, desde un perfil oculto en el que hay barralibre para el «todovale». Sin respeto. Sin ese amor al prójimo y semejante, los mismos que piden poner freno a la muerte del animal, se jactaron y brindaron con cada una de las cinco cogidas recibidas en poco más de una hora por David Mora, Antonio Nazaré y Saúl Jiménez Fortes. Sin duda, un actitud vergonzosa que vuelve a retratar a los mismos que predican con la modernidad.
«Hay que demostrarle al mundo otra vez que somos un país de salvajes paletos analfabetos #EspañaMedieval» o «A ver si se vuelve a repetir hoy lo de ayer» son una muestra, junto a las imágenes que acompañan estas líneas, de los comentarios publicados por los antitaurinos en las últimas horas. ¿Acaso no es más «medieval», áquel que desea la muerte a otra persona que el que se juega la vida ante un toro de igual a igual ejerciendo su profesión?
Hartos de esta libertad en la sombra, los aficionados y diversas asociaciones –que remitieron también comunicados de denuncia–convocaron ayer a la afición en la Puerta Grande a las 6 de la tarde mediante un «hashtag», que fue «trendic topic» en pocos minutos.
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