Tres orejas y un faenón de Perera

Nimes (Francia). Segunda de la Feria de la Vendimia. Festejo a beneficio de la Unión de Toreros. Se lidiaron toros, por este orden, de Daniel Ruiz, Juan Pedro Domecq, Jandilla, Zalduendo, El Pilar, y El Tajo, de buena, aunque desigual, presentación. Destacó la nobleza del 1º y la bravura del 3º, ovacionado en el arrastre. Media entrada.

El Juli, de nazareno y oro, estocada casi entera (oreja). José María Manzanares, de sangre de toro y azabache, dos pinchazos, estocada entera, aviso, descabello (silencio). Miguel Ángel Perera, de grana y oro, estocada entera algo desprendida, aviso, dos descabellos, segundo aviso (vuelta al ruedo). Alejandro Talavante, de nazareno y azabache, cinco pinchazos, pinchazo hondo, tres descabellos (silencio). Jiménez Fortes, de oro viejo y oro, estocada entera (oreja). Juan Leal, de azul celeste y oro, estocada casi entera (oreja).

La segunda de la Feria de la Vendimia de Nimes planteó un novedoso modelo de seis toreros en la puerta de cuadrillas para medirse a otros tantos astados de distintas divisas a beneficio de la Unión de Toreros. La tarde fue numéricamente para Julián López «El Juli», Jimenez Fortes y el torero francés Juan Leal que han paseado sendas orejas, mientras que a estos nombres hay que sumar la gran faena realizada en las arenas del Coliseo romano de Nimes por Miguel Ángel Perera, que se quedó tan sólo en una vuelta al ruedo por demorarse con los aceros.

Se daba, además, la circunstancia de que hacía treinta años que en Nimes no se celebraba una corrida de estas características. Fue el 8 de junio de 1984. En aquella ocasión, se anunciaron Curro Romero, Rafael de Paula, Curro Vazquez, Manzanares padre, Nimeño II, Emilio Muñoz y Curro Caro. Desde entonces, ninguna plaza en Francia ha vuelto a programar un cartel a seis.

Tras un concurrido paseíllo, rompió plaza El Juli, que cuajó una importantísima actuación ante el que abrió plaza, el mejor toro de la tarde, con el hierro de Daniel Ruiz. Comenzó con unos doblones la faena para luego cuajar series por ambos pitones de gran acople. Hubo mucho temple y mano baja, dominio, que rubricó de certera estocada casi entera a la hora de matar.

El segundo trofeo del festejo fue para Jiménez Fortes. El malagueño toreó con mucha verdad al quinto y destacó tanto en sus largos pases de pecho como en los circulares finales. Epilogó su trasteo con unas bernadinas muy ajustadas. A las manos del diestro galo Juan Leal fue a parar el tercer y último trofeo. Anduvo muy por encima del sexto, un animal que embistió siempre punteando las telas y al que comenzó su faena con un pase cambiado por la espalda dejando venir al toro al galope desde 30 metros. Firme y convencido, evidenció un valor muy sereno.

Mientras, Miguel Ángel Perera tuvo que conformarse con una vuelta al ruedo. Pudo y debió haber tocado pelo de no fallar en la suerte suprema al tercero. Antes, bordó una gran faena, muy importante, en la que hilvanó muletazos muy largos, templados y perfectamente ligados por ambos pitones.

Poco pudo hacer José Mari Manzanares ante el difícil y mansurrón segundo de Juan Pedro Domecq. El alicantino tuvo que tirar pronto la toalla ante un animal que apretó en banderillas y luego buscó el refugio, pese a los intentos de su torero por taparle la salida con la muleta. Tampoco tuvo mejor fortuna Alejandro Talavante, que no se encontró a gusto ante el cuarto. Sólo destacó una limpia y templada serie al natural. Luego, pegó un recital con la tizona, sin filo. Ambos se fueron de vacío en una tarde con tres triunfadores numéricos y otro moral, extremeño para más señas, que dejó una faena de gran entidad.