Feria de Bilbao

Ureña pide paso para 2014

Seria actuación del murciano con un deslucido lote en la última de Madrid

Relajado y desmayado muletazo de Paco Ureña, ayer, en el cierre de temporada venteño
Relajado y desmayado muletazo de Paco Ureña, ayer, en el cierre de temporada venteñolarazon

Las Ventas (Madrid). Corrida del Día de la Hispanidad. Se lidiaron toros de La Dehesilla, José Luis Pereda (2º y 3º) y Sánchez Herrero (4º), desiguales de presentación. El 1º, noble y manejable; el 2º, deslucido y de media arrancada; el 3º, complicado y reservón; el 4º, con movilidad pero brutote y a menos; el 5º, descastado; y el 6º, movilidad sin entrega y de poco juego. Un cuarto de entrada.

Luis Bolívar, de verde manzana y oro, dos pinchazos, media, aviso, descabello (silencio); estocada desprendida (saludos). Paco Ureña, de caña y oro, pinchazo, pinchazo hondo, aviso, descabello (saludos); pinchazo, estocada (saludos). Sergio Flores, de obispo y oro, estocada baja (silencio); dos pinchazos, estocada, aviso (silencio).

Madrid cerró sus puertas y debió haber lío de corrales. Todo en uno. Bárbaro. En vez de una ganadería, la anunciada, partimos con una reseña de tres hierros. Una tortura para la ficha y un jolgorio matutino en el sorteo. Todo nos hizo olvidar Paco Ureña que está de vuelta este año y para no perdérnoslo el siguiente. Dio una lección de querer, poder y saber y la dio sin toro. Y eso en Madrid tiene doble mérito, pocos están preparados para entrar así en esta plaza. El segundo, que era de la ganadería titular de José Luis Pereda, no quería pasar en la muleta del murciano. Con el freno echado, media arrancada en el mejor de los casos y renegando. El toro no quería, pero poco importó. Supo aprovechar Ureña ese medio viaje y lo que viniera. Seguro, asentado, con un poso a torero bueno descomunal, muy colocado siempre, sintiéndose a gusto ahí, entre los pitones, o un poco más allá. Muletazos buenos y mejor todavía la predisposición. Teníamos la esperanza del quinto, que fue de La Dehesilla, pero ni se movió. Una pena. Descastadísmo el toro, con los movimientos tan justos, que hasta el esfuerzo de estar cerca de él, de arrimarse, quedaba en el limbo, pero Ureña dejó intactas las ganas de volver a verle. Que el invierno no le deje en el olvido. No sería noticia buena para el toreo.

El mexicano Sergio Flores tampoco tuvo un lote para lanzarse. Su primero, tercero de la tarde, sacó muchas complicaciones, reservón y que embestía a arreones sin igualar nunca el ritmo. Flores puso toda la carne en el asador y lo intentó con un sexto, que se movió, ya era noticia después de ver al quinto, y con cierto son por el izquierdo y ninguna clase por el derecho. Fue por ese pitón por donde más se le ensució al mexicano la esmerada faena.

A Luis Bolívar le tocó un primero que se dejó hacer con nobleza en el viaje y repetición en la muleta. El torero colombiano se fajó aunque no acabó de prender la llama. Tiró de oficio con un cuarto que se movió punto brutote.

Una de esas tardes de Madrid. Una de esas tardes que pasa poco, que dicen nada. Pero Ureña no pasó por alto. Se cerraron las puertas de Madrid. Un año más, uno menos... Ureña se ha apuntado con fuerza para el que viene.