Televisión

"Holocausto": cuando el terror nazi entró en casa

Se cumple el 40 aniversario del estreno en España de la serie que por primera vez abordó el genocidio de los judíos y que está disponible en Filmin.

Meryl Streep, que ganó un Emmy por su actuación, encarnó a Inga Helms
Meryl Streep, que ganó un Emmy por su actuación, encarnó a Inga Helmslarazon

Se cumple el 40 aniversario del estreno en España de la serie que por primera vez abordó el genocidio de los judíos y que está disponible en Filmin.

Tal día como hoy, hace 40 años, la audiencia española estaba viendo en horario «prime time» «Holocausto», la primera serie sobre el genocidio nazi. Las imágenes de los títulos de crédito anticipaban la crueldad extrema que se iba a mostrar en los episodios: la cruz de David de una sinagoga ardiendo, con judíos dentro, mientras sus parientes gritaban al tiempo que los soldados nazis les contenían. El espectador mantenía la mirada con los ojos humedecidos, tragaba saliva y su rostro transmitía estupor. Los españoles sabían poco sobre lo que ocurrió en Alemania desde 1934, cuando Hitler se erige en el «Führer», hasta el fin de la II Guerra Mundial, incluida la «solución final» en 1942, que culminó con la muerte de seis millones de judíos. De ahí el impacto de la ficción. Aunque por aquel entonces no existían audímetros, arrasó y ese año ganó el TP de Oro a la Mejor Serie Extranjera.

Lo que también se ignoraba en este país era lo que sucedió en Alemania cuando se estrenó la ficción. Todavía no se había producido la reunificación y se vivía un estado de amnesia colectiva ante lo que contaba la serie... hasta que se emitió. El 25 de enero de ese mismo año un terrorista neonazi atentó contra dos torres de televisión en Hamburgo con el propósito de que no viesen en penúltimo episodio. Antes, un hombre de 38 años se intentó suicidar en Colonia ante la sede de la cadena que la retransmitía mientras gritaba: «¡No se ha perseguido suficientemente a los nazis!» y 10.000 llamaron llorando por la vergüenza que estaban sintiendo. Catorce millones de germanos se mantuvieron frente a la pequeña pantalla. Fue una catarsis colectiva tanto por el tono de la serie –dura, pero sin llegar a ser explícita– como por su contenido. El periódico «Der Spielgel» escribió: «Por primera vez se menta la soga en la casa del verdugo». Tuvo una audiencia mundial de 500 millones de personas.

Guerra de cadenas

La gestación de «Holocausto» no fue un acto de justicia poética sino en un episodio más de las batallas entre las grandes cadenas de EE UU. En 1977, la ABC dio un golpe de autoridad con el estreno de «Raíces», que sacudió la conciencia de los estadounidenses sobre la esclavitud –esa asignatura que la sociedad todavía no había aprobado– y fue seguida por 130 millones de personas. Kunta Kinte se convirtió en uno de los personajes del año. ¿Este dato significaba que la audiencia ya estaba madura para ver el mal en grado superlativo sin dar la espantada? Parece ser que sí. Y empezó la partida de ajedrez. Si la ABC hizo un movimiento ganador, la cadena NBC estaba dispuesta a dar el jaque mate. En ese momento apareció en escena el guionista y novelista Gerald Green. El concepto que se tenía de la producción estaba claro: el holocausto no se podía narrar de forma simplista y esquemática; los espectadores tenían que verlo desde todos los ángulos. Así, la trama gravitaría sobre dos familias: los judios Weiss y los arios Helms, a los que les une el destino a causa del matrimonio de sus hijos Karl (James Woods» e Inga (Meryl Streep). Hay un tercer personaje en juego que es decisivo: Erik Dorf (Michael Moriarty), un arrisbista sin oficio ni beneficio que entra y asciende en las SS. Por primera vez, actores interpretaron a criminales como Heydrich –jefe de la Gestapo y conocido como «el carnicero de Praga»–, Adolf Eichmann –responsable de la «solución final» que fue juzgado y ejecutado en Israel– y Himmler, encargado de la construcción de los campos de exterminio, que se suicidó. Personajes ficticios y reales iban de la mano en una serie que abrió la puerta al nazismo en la televisión.

Un impulso para Meryl Streep

Por caprichos del destino, cuatro décadas después Meryl Streep sigue acaparando titulares por una miniserie de televisión, «Big Little Lies». Cuando rodó «Holocausto» era una desconocida que había interpretado un papel secundario en la película «Julia» (1977). Su pareja por aquel entonces, el actor John Cazale («El cazador», 1977) tenía cáncer de pulmón y Streep aceptó el papel de Inga para sufragar los gastos médicos. Lo que ella ignoraba es que lograría por su interpretación un Emmy.