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Lo que no sabías de «Riviera»
l secreto más turbio de la Edad de Oro de la Televisión podría ser que la principal razón por la que todos sabemos que vivimos en ella es que eso es lo que nos dicen. Esto hay que explicarlo: lo que los americanos conocen como «Prestige TV» –televisión de prestigio– se está convirtiendo rápidamente en un concepto comodín, a medida que una nueva serie tras otra deciden que para colgarse orgullosamente esa etiqueta no hace falta más que emular la sensibilidad estética y los imponentes valores de producción de las ficciones que dieron lugar a ella. Hoy en día, en otras palabras, las más mediocres ficciones televisivas gozan de presupuestos gigantescos, cuentan con repartos estelares y lucen fantásticas en nuestros televisores de 60 pulgadas, y esa es su forma de dar el pego. He aquí un ejemplo de esta tipología.
Creada por Neil Jordan – «Juego de lágrimas» (1992), «El fin del romance» (1999)–, «Riviera» combina elementos de las telenovelas, los misterios criminales y el cine de acción mientras ofrece al espectador un vistazo a las lujosas vidas de las élites. El que describe es un mundo lleno de champán y cocaína y pinturas famosas –falsas– y mansiones carísimas y Ferraris de personajes que gastan sin pestañear 30 millones de dólares en un Malevich para decorar el salón, prostitutas con aspecto de supermodelos y oligarcas posiblemente envueltos en asuntos hediondos. En suma, lo tiene todo para atiborrarnos a placeres culpables. Pero en lugar de eso prefiere darse aires de importancia.
Su primer episodio se abre con una secuencia que transcurre entre la Costa Azul,Nueva York y Londres, y con la que los productores parecen estar gritándonos: «¡Así se gasta el dinero!»; y a partir de entonces se nos ofrece un no parar de superyates, vestidos de diseño, helicópteros y persecuciones a toda velocidad. La obvia exhibición de músculo financiero no sería un problema si la intriga a la que sirven de adorno no fuera tan olvidable.
En concreto «Riviera» pone el foco sobre Georgina Clios (Julia Stiles), la segunda esposa de un rico banquero, y sobre sus intentos de lidiar con las consecuencias de la muerte de su marido en la misteriosa explosión de un barco. En el piloto se nos explica que el muerto posiblemente hacía negocios con gente peligrosa, y que su primera mujer también tenía motivos para acabar con él. Mientras va descubriendo con qué tipo de crápula estaba casada, Georgina tarda unos pocos episodios en moverse como pez en el agua en el submundo de la mafia.
A lo largo de sus 10 capítulos la serie usa las alusiones al negocio del arte para convencernos de su sofisticación, y salpica los diálogos de vaguedades sobre el valor del dinero para dar el pego como reflexión sobre la filosofía del mundo financiero. Escenas de autolesiones y consumo de drogas tratan de aportar el tipo de sordidez que no puede faltar en una ficción seria. Si ninguno de esos elementos logra su objetivo es en parte porque todos los personajes, a excepción de Georgina, son meros bocetos. Y porque el guión da la sensación de haber sido garabateado en una servilleta, posiblemente manchada con restos de canapé. Y porque no tiene ni pizca de sentido del humor ni por supuesto del tipo de autoconsciencia de su propia ridiculez que en cambio sí exhibían títulos como «Dallas» o «Dinastía», con los que guarda parentesco más cercano del que probablemente querría.
Dicho lo cual, existe la posibilidad de que quienes se enfrenten a «Riviera» no se percaten de nada de eso. Probablemente estarán demasiado ocupados fantaseando con vivir en Mónaco, o con poseer un palacete medieval lleno de criados, o en general con ser asquerosamente ricos y por tanto tener formas más interesantes de pasar el rato que viendo series empeñadas en darnos gato por liebre.
¡OJO, «SPOILER»!: Aunque nada de lo sucedido previamente permitía imaginar que fuera capaz de hacerlo, en el décimo episodio Georgina utiliza un cuchillo para matar al responsable de la muerte de su marido
¿POR QUÉ HAY QUE VERLA?
Para saber el aspecto que culebrones como «Dallas» o «Dinastía» habrían tenido de haberse rodado con más medios.
¿DÓNDE Y CUÁNDO?
Sus diez episodios pueden verse en Movistar Series Xtra.
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