Hollywood
Un spot contra Pinochet
García Bernal protagoniza la película chilena «No», que aspira al Oscar
Le ha ocurrido tradicionalente a la izquierda que la obsesión por hablar de grandes ideas le ha impedido comunicar mensajes que lograran un efecto inmediato. «No», de Pablo Larraín, es el relato de una excepción: cuando Pinochet , acorralado por la presión internacional, convocó un plebiscito en 1988 que acabaría con su mandato político, pese a que todo hacia presagiar lo contrario. Los opositores optaron por combatir al neoliberalismo con sus mismas armas: las de la publicidad. Así, concibieron una campaña en positivo que miraba más a un futuro sin dictadura que hacia las víctimas del pasado. Gael García Bernal carga con la responsabilidad del creativo que tuvo que convencer a todos aquellos líderes un tanto oxidados.
Contra Haneke
Silenciados durante años, los partidos tuvieron que renunciar a los minutos diarios de publicidad que les concedía el régimen semanas antes de la votación para lanzar un mensaje más parecido al de un anuncio de refrescos que cercano a palabras grandilocuentes como «libertad», «justicia»... «Fue una buena campaña, es verdad, pero la publicidad por sí sola no funciona si no tiene una buena idea detrás», asegura el actor, que finaliza en Madrid su campaña europea de promoción del filme. Después partirá hacia Hollywood, donde la cinta se enfrentará a «Amor», de Haneke, por la mejor película en lengua no inglesa de los Oscar de este año.
A pesar de la gravedad del asunto, el guión está acolchado con secuencias ligeras: «La comedia es involuntaria, lo aporta la moda y la manera de hacer de los 80; y también algunos discursos de Pinochet, al que no se ridiculiza en ningún momento», matiza el actor mexicano. Se reconoce como un tipo comprometido, pero también advierte que «no todas las películas que acepto tienen una lectura política». De hecho, le gustaría que se materializase el proyecto del «Zorro reborn»: «Sería uno futurista y eso suena bien».
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