Buenos Aires

Unos Juegos para el crecimiento económico

La Razón
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Nos encontramos en la antesala de conocer, el 7 de septiembre en Buenos Aires, el nombre de la ciudad que finalmente organizará la XXXII Olimpiada. Es por tanto un buen momento para recordar la aportación del olimpismo al progreso en términos de paz y estabilidad mundial desde que renaciera en 1896 totalmente renovado, pero también es un momento para valorar la contribución de unos Juegos Olímpicos a la economía. Con estas líneas quiero particularmente detallar lo que supondría para España que Madrid resultara la ciudad ganadora para celebrar los Juegos Olímpicos del año 2020, y hacerlo en el contexto de la actual política económica de este Gobierno.

En primer lugar, los Juegos supondrán un importante impacto económico para nuestro país, tal y como ponen de manifiesto las conclusiones del estudio que ha encargado Madrid 2020. Además del impacto a corto plazo para la atracción de inversiones y, por tanto, la aceleración de la recuperación, la organización de estos Juegos supondrá de manera directa un fuerte impulso a la economía española, un impacto estimado global en el PIB de casi 4.000 millones, alrededor de un 0,4%. También se generarán más de 75.000 empleos directos, y los Juegos permitirán atraer a más de 800.000 visitantes a España, que gastarán aproximadamente 600 millones. En el apartado fiscal, la actividad económica y la generación de nuevos puestos de trabajo debido a los Juegos supondrán un incremento de la recaudación de impuestos y tasas en más de 1.100 millones.

Por otro lado, los Juegos generarán un fuerte impulso de la Marca España y de la imagen de Madrid a nivel global, un impacto que se calcula que sería similar al de una inversión de 750 millones de euros en campañas de comunicación en prensa internacional. En este apartado, los beneficios a largo plazo son incalculables y en todo caso importantísimos, dada la directa relación en un contexto de cada vez mayor globalización de nuestro prestigio internacional y el crecimiento de nuestras empresas en el exterior.

En segundo lugar, organizar una cita olímpica supone un fenomenal esfuerzo para todo un país, en el que para el Gobierno lo fundamental es realizar una adecuada planificación que permita un equilibrio óptimo en términos de racionalidad y sostenibilidad; entre las inversiones en infraestructuras y costes necesarios para organizar un evento internacional que en esos días es el centro de la atención mundial, y los ingresos que el mismo conlleva. Es decir, se trata de alcanzar los mejores resultados posibles para el movimiento olímpico y deportivo, pero sin que suponga una desmesurada carga para la ciudadanía del país anfitrión en términos de gasto público.

En esta línea, me gustaría resaltar que las inversiones ya realizadas en infraestructuras y sedes en Madrid, y el resto de España, reducen sustancialmente la necesidad de acometer nuevas inversiones. De hecho, la inversión necesaria es de aproximadamente 1.500 millones de euros, inversión plenamente garantizada por los tres niveles de gobierno, y que sin duda será más que suficiente para desarrollar unos Juegos excelentes. Esta inversión es mucho menor que las que han sido necesarias en los Juegos recientes, y está en línea con las recientes declaraciones del COI de no celebrar Juegos Olímpicos cada vez más costosos. Porque lo habitual es querer siempre más que la anterior cita, cuando lo importante y lo que debemos hacer los gestores públicos es saber lo que se necesita añadir a lo que ya hay. Es por ello por lo que la inversión que resta por hacer es mínima; Madrid lleva años invirtiendo de forma responsable en infraestructuras, y además está completamente asegurada financieramente por los tres niveles de gobierno, por lo que el proyecto Madrid 2020 es el de unos Juegos sin riesgo financiero.

En efecto, la ciudad cuenta a día de hoy con el 80% de las infraestructuras, deportivas y no deportivas, ya realizadas, y siguiendo la mencionada política de austeridad y responsabilidad, la necesidad de construcción de nuevas sedes de cara a los Juegos será muy baja. Sólo restan por construir muy pocas sedes permanentes y temporales, se utilizarán temporalmente espacios emblemáticos existentes como la Plaza de Toros de las Ventas o el Parque de El Retiro, y, en todo caso, no se construirá nada que no tenga proyectado un uso para la ciudad y los ciudadanos después de los Juegos.

En definitiva, para España, la candidatura olímpica de Madrid 2020 supone una oportunidad para el crecimiento económico de todo el país, y un ejemplo de buena gestión y coordinación entre las tres administraciones. Y para este Gobierno, la candidatura constituye una apuesta clara de que se pueden hacer políticas beneficiosas para los ciudadanos sin que la eficiencia y austeridad estén reñidas con los buenos resultados.

*Secretario de Estado de Comercio