Fotografía

El águila imperial, de alimaña perseguida a emblema de la fauna ibérica

De alimaña perseguida hasta el borde de la extinción a emblema de la fauna española, el águila imperial ibérica protagoniza una de las historias de conservación de la naturaleza más exitosas del mundo.

La historia ha sido narrada por el biólogo Luis Mariano González, autoridad en el conocimiento de este ave amenazada, en una obra ilustrada con más de 130 fotografías inéditas de la especie y presentado hoy en la sede de la Fundación BBVA.

El libro, titulado "El resurgir de una especie amenazada", ha sido patrocinado y editado por la Fundación BBVA a iniciativa de la Fundación de amigos del águila imperial, lince ibérico y espacios naturales protegidos.

"Esta es una historia que empezó muy mal pero está teniendo final feliz, ya hemos superado las 350 parejas reproductoras y la especie crece a un 4 % anual", ha destacado González, quien considera que el águila imperial ibérica es "un símbolo para la conservación de la naturaleza en todo el mundo".

Durante la rueda de prensa, el autor ha remarcado el papel que jugaron "un puñado de propietarios de fincas privadas"-aliados con míticos naturalistas como Rodríguez de la Fuente o Jose Antonio Valverde- cuando a mediados del siglo XX el ave se encontraba al borde de la extinción, perseguida por su condición de depredador.

"En los años 50 sólo quedaban una treintena parejas y la propia administración premiaba por cazar águilas, que eran consideradas alimañas", ha explicado González.

Pero entonces "algunas personas se enfrentaron a la administración y no dejaron que se mataran águilas en sus fincas".

Pasaron algunos años hasta que la comunidad científica consiguió convencer a los poderes públicos de que el águila, igual que otros depredadores como el lince o el oso, no eran alimañas a exterminar, sino especies fundamentales para el equilibrio del ecosistema.

"Tengo la convicción de que si no es por esos propietarios, ahora no quedaría ningún águila imperial ibérica", ha asegurado González, un funcionario público que defiende con ahínco la importancia de la "iniciativa privada"para la conservación de la biodiversidad.

En ese sentido, el presidente de la fundación que ha auspiciado la obra, Fernando Andrada-Vanderwilde, ha subrayado que "el 80 % de las especies protegidas están en manos privadas"y ha defendido que, en esta materia, "desde la propiedad privada se hacen mejor las cosas que desde la administración pública".

Los terrenos de los socios de la Fundación, que entienden su misión como "la custodia del territorio", suponen un activo natural de 650.000 hectáreas.

En algunas de esas fincas privadas pasó muchas jornadas de campo el fotógrafo de naturaleza Andoni Canela, autor de las instantáneas que ilustran el libro, fruto de un trabajo de dos años.

Andoni, quien calcula que ha dedicado 2.000 horas de observación a realizar las fotografías de "una especie muy esquiva", ha inmortalizado comportamientos de la especie "inéditos", como un chapuzón o el ataque a un zorro.

El fotógrafo recorrió con su "hide"-el escondite de un metro cuadrado dónde se oculta con su cámara durante largas horas para tomar las fotografías- los diversos hábitats del ave, desde las dunas de Doñana a los pinares de la Sierra de Guadarrama.

Las fotografías ilustran la vida de una especie que según Luis Mariano González sigue en peligro, con problemas como las amenazas sobre su hábitat o la electrocución en postes eléctricos, la mayor causa de mortalidad.

González ha destacado que en España "existe hábitat potencial"para alcanzar las 1.200 parejas reproductoras, aunque en gran parte de ese hábitat existen "amenazas por resolver", fruto de la actividad humana.

Al final del libro se incluyen algunas propuestas y pautas de actuación para mejorar la gestión de la especie y acabar con las amenazas: todo con la meta de asegurar que la silueta del rey del monte mediterráneo nunca deje de recortar los cielos de la Península Ibérica.