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Marinetti en La Mamounia: ecuación ideal

Hasta noviembre de 2015 el Hotel La Mamounia de Marrakech disfruta de los coloridos y alegres animales en bronce policromado obra del gran escultor, representante de Pop Art, Julien Marinetti

Marinetti en La Mamounia: ecuación ideal
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La Maumonia ha supuesto un mundo en sí mismo desde su fundación como hotel en los tiempos del protectorado francés cuando los arquitectos Prost y Marchisio, allá por el 1923, supieron transformar esas quince hectáreas en un oasis en el centro de la ciudad. A mediados de siglo Marruecos se consideraba como la primera experiencia africana para muchos europeos que querían conocer otro mundo sin alejarse demasiado de casa. El exotismo y los contrastes de Marrakech atrajeron a gente cosmopolita que encontraba en la ciudad africana una forma placentera de vida y una sensualidad nueva para la mayoría. Todos estos encantos en grado superlativo los ofrecía La Mamounia que, incluso antes de la Segunda Guerra Mundial, permitía a una clientela escogida llevar sus propios muebles para que se sintieran como en casa.

La última renovación a cargo de Jacques García, que tras tres años de trabajos se terminó en el otoño del 2009 fue un rotundo éxito gracias a la sabiduría del aclamado diseñador al recrear y exaltar el estilo arábigo-morisco que prevalece en todos y cada uno de los detalles del hotel. De hecho, La Mamounia ha sido galardonada de nuevo, ésta vez con los premios 2015 Africa’s Leading Hotel, en los World Travel Awards; Luxury Classic Hotel of the Year 2015, de los Luxury Travel Guide Awards, y Mejor Hotel del Mundo y Mejor Hotel en África y Oriente Medio, según los lectores de «Condé Nast Traveler».

El guardián del oasis

¿Y qué mejor marco que La Mamounia, mecenas de arte y la cultura, para exponer la imponente obra de Marinetti? Salpicados entre olivos centenarios, naranjos o palmeras, las coloridas esculturas representando perros, pingüinos, pandas o patos con tamaños entre los 36 y 240 centímetros engalanan los jardines del príncipe Mamoun. Su famoso «Doggy John» con esa apariencia entre tierna y feroz que el bronce no ha mitigado, guarda celosamente el vergel, mientras los pingüinos parecen ir a la búsqueda de la piscina para amainar el calor marroquí y un coloso oso panda transmite buenas vibraciones a los sensuales salones del hotel.

La original obra del artista que nació en 1967 y creció en el barrio parisino de Saint-Germain-des-Prés, desde que tuvo su primer éxito en 1998 con «Doggy John», ha viajado de Nueva York a Singapur, a Londres o a París, integrándose en cada lugar. Sin embargo, la luz de Marrakech ilumina de forma especial las 60 esculturas animalísticas de Julien Marinetti de una manera única, resaltando sus colores y avivando su apariencia.

Desde tiempos inmemoriales, el cuidado del cuerpo, el relax y la limpieza han ido unidos a la cultura árabe. El hamman o baño turco más que un ritual es una forma de vida, incorporada en la cotidianidad. Cada barrio de las ciudades marroquíes cuenta con sus baños, donde se practica el hamman por lo menos una vez a la semana. Jaques García ha hecho del spa de 2.500 metros cuadrados de La Mamounia un paraíso sensorial en donde el cuerpo y la mente encuentran bienestar y descanso rodeados de una atmósfera mágica en la que prevalecen los motivos marroquíes. La nueva marca cosmética alemana de Amala (lo más puro en sánscrito) con la que el spa cuenta desde el 1 de abril, viene a consolidar la filosofía de este espacio, con sus productos elaborados a partir de ingredientes de la agricultura biológica, con materias cien por cien orgánicas y aromas naturales.

Ficha

- Dirección: avenue Prince Moulay Rachid, Marrakech, Marruecos.

- Instalaciones: habitaciones dobles y suites, 4 restaurantes a la carta y spa.

- Más información: en el teléfono +212 524 388 600 y en la página web www.mamounia.com/es.