Roma
“Quiero ver Roma sin ser vista”
Desde su balcón oculto, Letizia Ramolino - Bonaparte, la madre de Napoleón, veía lo que sucedía, pero nadie lo sabía
La madre de Napoleón se instaló en Roma, no quería que nadie la viera. Hizo construir un balcón colgante en su palacio de la Plaza Venecia desde donde observaba a los paseantes del barrio.
¿Cuántas veces miramos las ventanas de los palacios y nos preguntamos qué habrá dentro? Esta vez, la sorpresa no ha sido descubrir una de las habitaciones en donde dormía algún noble romano ó alguna principessa, la sorpresa ha ido más allá.
Se trata de una historia maravillosa, de esas que solo se encuentran en las novelas, pero en esta ocasión, es real.
La madre de Napoleón Bonaparte, Letizia Ramorino, conocida como Madama Mère Bonaparte, envió una carta dirigida al Cardenal Consalvi durante el papado de Pio VII (1800-1823) en la cual decía: "Io sono veramente la madre di tutti i dolori, e l’unica consolazione è di sapere che il Santo Padre dimentica il passato per ricordarsi solo della bontà da lui sempre dimostrata a tutti i membri della famiglia... Noi non troviamo appoggio che nel Governo Pontificio e la nostra gratitudine sarà immensa") -“Soy verdaderamente la madre de todos los dolores, y el único consuelo es el saber que el Santo Padre olvida el pasado para recordar sólo la bondad que siempre ha mostrado a todos los miembros de la familia ... Si encontramos apoyo en el Gobierno Pontificio, nuestro agradecimiento será inmenso ". Así rogaba al Vaticano que le concediera ir a vivir a Roma, a pesar de las complicadas relaciones del pasado según lo relata el Specchio Romano
Letizia Bonaparte llegó a Roma el 15 de agosto de 1815, vivió con su hermanastro, el Cardenal Fesh, en el primer piso del palacio Falconieri en la Via Giulia y más adelante, compró el palacio de la Plaza Venecia que vino a llamarse Palazzo Bonaparte. Vivió diez y ocho años en un apartamento de nueve estancias en el piso principal. Nunca se quitó el luto después de la muerte de su hijo Napoleón. Hacía una vida muy tranquila, de vez en cuando paseaba por el Pincio, por los extraordinarios parques de la Villa Borghese y en otras ocasiones daba unas buenas caminatas que iban desde la Villa Paolina hasta llegar a la Porta Pía. Justo en esta parte de Roma, el 22 de Abril de 1830, tuvo una caída, rompiéndose el fémur. Después de este suceso, permaneció inmovilizada.
No quería que la vieran, pero se negaba a no mirar lo que sucedía delante de su palacio.
Mandó construir un balcón, un mirador colgante en la fachada principal de su palacio de la Plaza Venecia, que hace esquina con la Vía del Corso. El balcón, es un corredor estrecho y a lo largo de él, se extiende una banca de madera empotrada en la pared interior, de las ventanas se desprenden las persianas que se abren ligeramente por la parte baja, consiguiendo así mirar hacia abajo el trasiego de las calles consiguiendo así no ser vista. El corredor está decorado con estilo renacentista. Este rincón único y aunque parezca lo contrario, acogedor, se convirtió en el sitio preferido de la madre de Napoleón.
El palazzo Bonaparte conserva la copia de la estatua realizada por Canova “Marte Pacificador”, la original se encuentra en el Apsley House en Dublín, en la casa del Duque de Wellington. Nada más llegar a la zona noble del palacio, se topa uno de frente con esta pieza espectacular. Canovas supo interpretar en ella la fuerza y el poder del emperador Napoleón Bonaparte.
Nunca este espacio tan emblemático de Roma había sido abierto al público. Durante doce meses han trabajado en su rehabilitación, lo han dejado impecable por dentro y por fuera. Las empresas Generali Italia y Arthemisa han querido rehabilitar para ofrecer un espacio de cultura más a Roma.
La primera muestra se abrirá el 6 de Octubre, su nombre: “Impresionistas secretos” con más de 50 obras de artistas como Monet, Renoir, Cezanne, Gauguin, Sisley.
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