Armada
Y tras San Juan, el Juan Sebastián Elcano navega ya hacia Cartagena de Indias
Navegamos ya de Puerto Rico a Colombia y se lo contamos desde dentro.
Y como predijimos fue; San Juan nos recibió con los brazos abiertos. Ha sido impresionante la experiencia de estar allí, en la tierra de los puertorriqueños. Desde el minuto cero nos hicieron saber que esa era nuestra casa. Cada persona con la que hablamos, y no exageramos, recordaban a España y a los españoles con nostalgia. La mayoría tenía un padre, una tía, un abuelo español y todos nos lo querían contar. Una de las cosas que más nos impactó fue que tanto los boricuas como los estadounidenses que nos cruzábamos por la calle vistiendo el uniforme, nos decían “Thank you for your service” (Gracias por su servicio), incluso sabiendo que éramos españoles.
► Así les estamos contando el viaje del Juan Sebastián de Elcano desde dentro
En la tierra del “mofongo” y la “piña colada” (dos referencias de la gastronomía de Puerto Rico) nos dio tiempo de hacer multitud de actividades y de asistir a unos cuantos actos. Además de la tradicional Jura de Bandera y recepción a bordo, donde emoción y nostalgia se sentían por partes iguales, la dotación del ‘Juan Sebastián’ tuvo la oportunidad de asistir a la Casa de España, donde el Comandante expuso una conferencia sobre la gesta española que culminó el navegante vasco de Guetaria Juan Sebastián de Elcano, y sobre nuestro Bergantín-goleta, tanto su historia, como nuestro día a día a bordo. Posteriormente cantamos a todas la autoridades e invitados la tradicional canción de “Mi Viejo San Juan” ante la sorpresa de los allí presentes que rápidamente unieron sus voces a las nuestras.
Empezamos a escuchar ya la cumbia y la salsa colombiana aguardando nuestra llegada, allá vamos Cartagena.
Por supuesto también hubo tiempo de honrar la memoria de nuestros antepasados, y aunque un acto previsto en honor al Almirante Cervera y su valiente escuadra tuvo que ser anulado debido a las malas condiciones meteorológicas, pudimos homenajear al Almirante y Virrey de las Indias Cristóbal Colón en la plaza que tiene su nombre, en el centro del mismo Viejo San Juan. Visitando también los fuertes de San Felipe del Morro y San Cristóbal, con sus gruesas murallas y laberintos de oscuros pasillos, que nos transportan a la época en la que España repelía constantemente ataques de ingleses y holandeses, quienes con gran ímpetu intentaron tomarla durante más de tres siglos.
Y, claro está, también hubo tiempo para el ocio, y pudimos conocer tanto la belleza de la isla de día, como su vida nocturna. Visitamos, por ejemplo, el Parque Nacional del Yunque y las playas de Luquillo, que se encuentran a escasos 10 minutos. Los que buscaban más adrenalina optaron por montar en la tirolina más grande del mundo, que se encuentra en el mismo parque. Las islas anexas de Vieques y Culebra con sus enormes y paradisiacas playas también fueron una opción muy elegida para el descanso de la dotación después de los 28 días de navegación.
La isla del reguetón no nos dejó indiferente con su vida nocturna y aunque pudimos comprobar que como la fiesta española ninguna, supimos disfrutar de sitios como la plaza de San Sebastián o la Placita de Santurce.
Ahora nos encontramos en demanda de la otra Cartagena, la colombiana: Cartagena de Indias. Es un tránsito mucho más corto que el anterior, ya que mañana jueves ya fondeamos en aguas colombianas y el viernes ya podremos disfrutar de la tierra que tan valiente y heroicamente defendió el Almirante Don Blas de Lezo y Olavarrieta. Aun así, el ritmo no para y seguimos con nuestro trabajo, guardias y estudio a bordo, así como la preparación para que tanto los españoles como los colombianos se sientan como en casa a bordo. Si nos está leyendo desde allí o tiene familia, no dude en comentarle nuestra llegada y será recibido con los brazos abiertos en nuestros periodos de visitas a bordo.
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